2 años sin saber nada del MH370. Pronto se cumplirán dos años de la desaparición del vuelo 370 de la aerolínea malaya y las esperanzas de encontrar los restos del aparato no son alentadoras. La búsqueda bajo el agua ha abarcado ya la mayor parte del sector donde se cree cayó el avión y no ha dado resultados, lo que alimenta la sensación de que tal vez se esté buscando en el sitio equivocado.
De todos modos, el hombre a cargo de una de las búsquedas más complejas jamás realizadas no se inmuta.
“Siempre pensamos que esto podría tomar hasta dos años”, declaró Martin Dolan, director de la Oficina de Seguridad del Transporte de Australia (OSTA), que encabeza la búsqueda en un sector desolado del océano Indico a 1.800 kilómetros (1.100 millas) de la costa occidental australiana. “Esperábamos terminar antes. Pero sabíamos que esto era una tarea que podía tomar mucho tiempo y estábamos preparados para eso”.
Ya se ve la luz al final del túnel. Se calcula que para fines de junio se habrá completado la revisión de los 120.000 kilómetros cuadrados (46.000 millas cuadradas) donde se concentró la búsqueda. Si para entonces no se hallaron los restos del Boeing 777, no hay por ahora planes para expandir la misión. Se encuentre o no el avión, la búsqueda habrá terminado.
La OSTA ha sido muy cuestionada por los métodos empleados para determinar en qué área había que enfocar la búsqueda, pero Dolan dice que todavía queda un amplio sector para explorar y se muestra confiado en que el avión se encuentra en algún rincón del sector demarcado. “No estamos demasiado preocupados”, asegura.
Revisado el 70% del sector señalado, sin embargo, las perspectivas de que se encuentre algo se van desvaneciendo y cada vez hay más gente que piensa que tal vez no se esté buscando en el sector apropiado.
Dolan está convencido de que si los restos se encuentran en la zona delimitada, su equipo, conformado por gente bien preparada y equipada, los habría divisado, y admite que, si no hay novedades en los próximos meses, es posible la teoría en la que se sustentó la búsqueda haya estado errada.
Malasia, el país donde estaba registrado el avión, es la encargada de determinar qué pasó con el vuelo 370. Australia, por ser el país más cercano a la zona donde se cree que cayó el aparato, tiene la misión de encontrarlo. Las jurisdicciones de ambos se superponen a veces y Australia tuvo que optar por una de varias teorías acerca del sitio donde se pueden encontrar los restos.
La teoría que la OSTA considera más plausible es que nadie estaba en control del aparato cuando cayó al agua. Los malayos han dicho que la ruta errática que siguió el avión tras despegar de Kuala Lumpur hace pensar que alguien lo obligó a salirse de su ruta. Lo que tratan de determinar los australianos es qué sucedió después.
Análisis de la información recabada por satélites indican que el avión se dirigió hacia el sur en línea recta durante las últimas horas, lo que hace pensar que se mantuvo en piloto automático hasta que se quedó sin combustible y cayó al agua. A partir de esa teoría, y del sitio donde se produjo el último contacto satelital, es que se determinó la zona de búsqueda.
Algunos escépticos han estado promoviendo otra teoría: la de que alguien estuvo en control del aparato hasta el final. De haber ocurrido así, el aparato se podría haber deslizado mucho más lejos, triplicando el área donde puede haber caído.
Dolan dice que esa teoría siempre fue tenida en cuenta, pero que parece poco probable por varias razones, incluida la de que el último contacto satelital reveló que el avión había perdido potencia. Y se produjo en momentos en que al aparato debía quedarle poco combustible. Ese es un dato importante, según Dolan, porque si el piloto quiere controlar el acuatizaje, está entrenado para hacerlo cuando todavía tiene suficiente combustible como para controlar los motores. Además, si alguien hubiese estado en control, decidido a sacar el máximo provecho del combustible, el avión hubiese volado 300 kilómetros (190 millas) más lejos de lo que lo hizo, según los satélites. En esos casos, el piloto emplea una técnica que permite alterar la altura para preserva combustible en los viajes largos.
“Todos nuestros análisis indican que lo más probable es que, por la razón que sea, nadie controlaba el avión al final del vuelo”, dijo Dolan. “Pero nunca analizamos la posibilidad de que haya sucedido otra cosa”.
La búsqueda submarina, mientras tanto, sigue su rumbo. El personal se sumerge hasta 6,5 kilómetros (4 millas) de profundidad. Un barco chino que acaba de sumarse a la misión está equipado con aparatos sonares ultramodernos, con lo que ahora hay cuatro buques abocados a la tarea de inspeccionar el lecho marino. Es la primera vez que China acepta costear el gasto de la búsqueda a cargo de Malasia y Australia, que se han comprometido a invertir 60 millones de dólares cada uno en la misión. La mayoría de las 239 personas a bordo eran chinas.
Otras dos embarcaciones tienen sonares que detectan desechos por encima del lecho marino. Un tercer barco, el Havila Harmony, usa un drone con una cámara y un sonar de alta resolución que permite inspeccionar terrenos escabrosos o mirar más de cerca zonas de interés.
Las autoridades se regocijaron en julio cuando en Reunion Islan, del otro lado del Indico, apareció parte del ala de un avión que se piensa podría pertenecer al vuelo 370. Esta semana anunciaron que también en Mozambique aparecieron pedazos de un Boeing 777, aunque por ahora no se ha confirmado si pertenecen al 370.
Pero un análisis de las corrientes marinas indica que los dos restos podrían proceder de la zona delimitada de búsqueda, lo que aumenta la creencia de que se está buscando en el sector correcto.