Tanto se ha especulado acerca del final de la humanidad en las diferentes redes sociales, comentarios chuscos, otros tantos aterradores. Que si las profecías de Nostradamus, que si las profecías de los Mayas, que si estaremos vivos para ver el final del mundo.
Tanto nos preocupa este hecho, del que no estamos seguros que suceda, que nos olvidamos de hechos que están más próximos y que pueden trastocar nuestra tranquilidad y la de nuestras familias.
Me refiero particularmente a todos los eventos financieros que tienen al borde del colapso a las economías alrededor de la tierra.
Tal vez, por tratarse de una situación, que de momento afecta a Europa y algunas veces a nuestros vecinos del norte, no nos percatamos de cuanto puede llegar a afectar a nuestra propia economía.
De llegar a crecer estos descalabros financieros, la afectación seria tal, que lo sucedido en la gran depresión de los 40 en E.U. seria un día de campo, comparado con lo que podría suceder. Puesto que todas (si me refiero a nivel mundial) las naciones se verían afectadas con grandes quebrantos, cierre de plantas productivas y empresas con oficinas en todo el mundo.
Estamos tan inmersos en nuestra propia problemática diaria que no vemos o queremos ver, las grandes Economías se están sosteniendo con palillos y acuerdos a medias.
Pienso que aun estamos en un momento oportuno de fortalecer el comercio interno, así como las pequeñas empresas o empresas familiares, que bien podrían convertirse en el soporte de la economía nacional.
Si bien nos encontramos con una serie de problemas de sequía en el norte y de inundaciones en el sur, de la nación, seria bueno el poder planear y desarrollar infraestructura que le devuelva parte de la vida al campo y por ende a una industria alimentaria que durante décadas se ha dejado de lado.
Tal vez en estos tiempos electorales, seria conveniente preguntar a los suspirantes, por cuales son las medidas a aplicar, en sus probables mandatos.
Por WIlliam Parker @WParker63