Ivan Henry, un canadiense de 63 años de edad condenado en 1983 por diez asaltos sexuales, por los que pasó 26 años en prisión, fue declarado hoy inocente de todos los cargos.
Henry fue puesto en libertad bajo fianza el año pasado después de que una revisión de su caso señalase que se podía haber producido un error judicial y que el juez del caso cometió numerosos errores. Pero antes, Henry presentó más de 50 solicitudes para revisar su caso sin suerte.
La policía ya ha identificado a otra persona como el autor de los asaltos sexuales.
“Es abrumador” declaró Henry en la escalinata del Tribunal de Apelaciones de Columbia Británica, en la ciudad de Vancouver, tras conocer la decisión de los jueces.
Cuando fue encarcelado, Henry tenía dos hijas de nueve y siete años de edad. Ahora tiene tres nietos.
Henry, que contaba con numerosos antecedentes policiales antes de su detención en 1982 por una serie de asaltos sexuales en Vancouver, declaró que no estaba amargado por los años que pasó injustamente en prisión porque el enfado no le haría “nada bueno”.
“Empezaría a deambular bebiendo alcohol o algo parecido. No, no puedo hacer eso”, dijo al respecto.
Desde el momento de su detención en 1982 Henry siempre se declaró inocente, pero el juez de su caso dijo al jurado que le condenó en 1983 que podían declararle culpable de los diez asaltos sexuales porque se negó a participar en una ronda de identificación.
En una foto distribuida a los medios de comunicación y realizada tras su arresto se puede ver a Henry en una ronda de identificación, sujetado por tres policías mientras sonreía entre otros supuestos criminales.
Henry se representó a sí mismo durante el juicio a pesar de la existencia de pruebas de que podía padecer algún tipo de enfermedad mental.
En su decisión, los tres jueces del Tribunal de Apelaciones señalaron que “los veredictos (por los distintos cargos) no fueron razonables. Se realizaron errores legales durante el juicio y se debería haber permitido la apelación”.
En los últimos años ha aumentado la cantidad de casos en el que los tribunales canadienses ponen en libertad a personas condenadas de forma errónea.
El pasado 21 de octubre las autoridades de Ontario anunciaron que pagarán 4.15 millones de dólares a William Mullins-Johnson, quien pasó 12 años en prisión tras ser condenado de forma errónea por la violación y asesinato de su sobrina.