Los estadunidenses James Foley y Steven Joel Sotloff y el japonés Kenji Goto son tres de los periodistas que murieron este año a manos de yihadistas del grupo terrorista Estado Islámico (EI) en Siria.
Los reporteros, arrodillados y vestidos con uniformes naranja, fueron decapitados y sus ejecuciones difundidas en varios vídeos por el grupo extremista en venganza por los ataques aéreos de Estados Unidos contra sus posiciones en Irak.
La muerte de estos comunicadores se suma a la de los reporteros y caricaturistas de la revista satírica Charlie Hebdo abatidos el pasado 7 de enero en París, en un ataque reivindicado por la rama yemení de Al Qaeda.
La revista se hizo mundialmente conocida a raíz de la publicación de varias caricaturas de Mahoma en 2012, lo que irritó el ánimo de sectores radicales islamistas.
Un total de 69 periodistas fueron asesinados en todo el mundo en 2015 por ejercer su profesión, de ellos 28 murieron a manos de yihadistas del Estado Islámico o la red Al Qaeda.
Siria y Francia fueron los países donde más periodistas murieron este año, con 13 y 9 víctimas mortales, respectivamente, de acuerdo con un informe del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ).
Más de dos terceras partes de los periodistas muertos fueron objeto de asesinatos selectivos y el 40 por ciento perdió la vida por acciones atribuidas a grupos radicales islamistas como Estado Islámico o Al Qaeda.
El balance supera el número de asesinatos registrados en 2014, cuando se registraron un total de 61, y refleja el riesgo al que siguen enfrentándose profesionales de la información y periodistas ciudadanos.
En la lista del CPJ siguieron Brasil con nueve periodistas muertos; Yemen, Sudán del Sur, Irak y Bangladesh con cinco cada uno; México con cuatro; Somalia con tres; y Estados Unidos y Turquía con dos.
Completaron la lista, cada uno con un periodista asesinado en relación a su trabajo: Kenia, Ucrania, Pakistán, Colombia, Libia, Polonia, Ghana, India y Guatemala.
La investigación concluye que 17 periodistas alrededor del mundo murieron en fuego cruzado, y señala que la de periodista audiovisual es la disciplina más peligrosa, con 25 asesinatos en 2015.
La cobertura de conflictos armados, la investigación de prácticas corruptas por parte de la clase política y la denuncia de violaciones de los derechos humanos fueron los principales motivos por los que se produjeron los asesinatos, según el comité.