El Instituto Nacional de Perinatología (Inper) informó que 60 por ciento de las embarazadas en Iztapalapa presentan obesidad o sobrepeso, debido principalmente a la malnutrición que han padecido durante su vida.
El director general del Inper, Javier Mancilla Ramírez, informó que ello es resultado de los tres primeros meses del estudio “Hacia una nueva generación de mexicanos”, que se realiza en la delegación Iztapalapa, dirigido a zonas con mayor marginación del país.
En este análisis, que inició en mayo pasado, también resaltó el hecho de que la mayoría de las pacientes atendidas por los especialistas del Inper y de los servicios de salud federal y local son menores de 25 años.
Al presentar su ponencia en el segundo Encuentro México-Francia Trastornos de la Conducta Alimentaria y Obesidad, explicó que este estudio lo realizan las secretarías de salud local y federal, y es una iniciativa de Romeo Rodríguez, coordinador de los Institutos Nacionales de Salud (INSP).
El proyecto trata de intervenir en las comunidades más marginadas, y la delegación Iztapalapa es uno de los 10 municipios con mayor marginación, donde se estableció un proceso de intervención con un paquete básico de atención obstétrica.
La labor consiste en otorgar los suplementos necesarios para que las mujeres de esas zonas con mayor marginación tengan la oportunidad de contar con atención y control prenatal del nivel más alto.
Los resultados obtenidos en el primer trimestre, indicó, detectaron que de las primeras 170 mujeres que se han atendido, 60 por ciento tienen sobrepeso u obesidad, lo que representa un riesgo alto, a lo que se agrega que 60 por ciento de ellas son menores de 25 años.
“Hay una población muy grande de adolescentes en este estudio y en esta población que se trabaja, y 60 por ciento está representado con 42 por ciento de sobrepeso y el resto por distintos niveles de obesidad, para conformar este 60 por ciento del total”, detalló.
El experto indicó que el proyecto denominado “Hacia una Nueva Generación de Mexicanos” pretende intervenir con medidas de nutrición específicas para limitar el problema de malnutrición de esas mujeres y disminuir el riesgo de que se generen padecimientos por el resto de su vida.
Abundó que después de que nace el bebé, la atención se complementa con un programa de nutrición durante los primeros tres meses de edad del recién nacido, porque en esa etapa se desarrolla 80 por ciento de la sinapsis neuronal del ser humano.
Mancilla Ramírez reiteró que se tiene que insistir en que esa etapa es fundamental para dar una mejor oportunidad de aprendizaje a los niños cuando lleguen a la escuela, para convertir un círculo vicioso que se vive con la obesidad en uno virtuoso, basado en la prevención y educación, pero sobre todo bien soportado científica y socialmente.
Para ello, afirmó que tiene que existir compromiso político, de presupuesto tanto público como privado y, lo más importante, el desarrollo científico sustentado en intervenciones de ese tipo