Considerado por algún tiempo “pueblo fantasma”, ahora declarado Pueblo Mágico, Mineral de Pozos luce con orgullo todos sus rincones de riquezas naturales, históricas y modernas, que lo convierten en atractivo cultural y turístico del centro del país.
Construcciones contemporáneas conviven con los aires chichimecas, coloniales y porfiristas de esta población de pasado minero, que actualmente cuenta con unos siete mil habitantes, y que alguna vez llevó los nombres de San Pedro de los Pozos y luego Ciudad de Porfirio Díaz.
Notimex realizó un recorrido por esta población, que el 11 de febrero de 2011 fue declarada Pueblo Mágico, y en su centro se ubica un lugar que destaca como taller de muñecas, a cargo de mujeres de edad avanzada, quienes las elaboran con los trajes típicos que distinguen a cada uno de los estados de la República Mexicana.
El sitio, llamado “Manos Creativas”, abrió sus puertas hace 14 años, a través de un programa de apoyo que da trabajo actualmente a cuatro personas.
Josefina Mendieta, costurera, y quien desde hace más de una década trabaja en este taller, comentó que entre las muñecas que más venden están la representativa de la China Poblana y, por supuesto, la de Mineral de Pozos.
“Entre las cuatro personas que elaboramos aquí, terminamos aproximadamente tres vestuarios al día, y están en alrededor de 200 pesos cada una, aunque hay algunas que tardamos más, hasta unas semanas por la complejidad del atuendo”, detalló.
Para admirar la historia y riqueza cultural de Mineral de Pozos se puede visitar la llamada Hacienda del Triángulo, su patio principal, lugar donde alrededor de 1595 se extraían metales del corazón de la tierra, así como se realizaba el trabajo de beneficio. Igualmente, se recibían materiales de otras minas.
Los muros de esta construcción, hechos de adobe, se encuentran semiderruidos, pero siguen siendo testigos vivos de lo que fue alguna vez el trabajo de extracción, separación y lavado y fundición de metales.
“En esta hacienda se realizaba todo el proceso, se recibía parte de los minerales y aquí les hacían el trabajo hasta que salían los lingotes de oro o monedas”, explicó a Notimex Isaías Álvarez, uno de los guías de los recorridos que se realizan en el lugar a los interesados.
El visitante puede apreciar algunas de las estructuras del trabajo de beneficio, como una parte de un horno de fundición, cuartos, bodegas, piletas de lavado y un gran patio de carga de esta hacienda, de las que en algún momento hubo más de 100 en la zona de Mineral de Pozos, y que fueron consideradas como monumentos históricos.
Isaías comentó que existen visitas nocturnas a dichos sitios, igual que las hay diurnas, en las que es posible conocer “haciendas y minas; ofrecemos paquetes armados de varios días, que incluyen hospedaje y comidas”. Otros recorridos incluyen bicicleta de montaña, rapel y cañonismo.
Un atractivo de la modernidad es el hotel boutique en Mineral de Pozos, el cual fue abierto al turismo hace ocho años y que tiene el atractivo de poseer su propia cervecería artesanal, así como un servicio de temazcal en barriles de cerveza.
“Se trata de la cerveza local de Mineral de Pozos, actualmente estamos elaborando 500 litros mensuales y tenemos tres estilos que son: cerveza ámbar, cerveza lager o clara y otra oscura”, mencionó Osman Didiher Fernández Aguirre, gerente del hotel.
Informó que el proceso de elaboración de una cerveza artesanal lleva un tiempo aproximado de 28 días, lo que significa que es mucho más complejo que el industrial, por lo que el costo del producto local es mayor por botella.
“El cuerpo de nuestra cerveza es como un vino, nosotros la definimos como un vino, pues ésta se puede degustar y se puede apreciar”, aseguró, al resaltar que el hotel cuenta con un spa, el primero con baños de cerveza en México.
“Es único en su tipo, tratamos de ir más allá de lo que son las terapias convencionales, aunque tal vez no muy equivalente entre spa y cerveza, son dos cosas que nada tienen que ver una con otra, pero las fusionamos y salieron los baños de cerveza en barriles”, comentó Armando Quintero, responsable de esta área del hotel.
El tratamiento dura de 60 a 75 minutos, e integra la materia prima con la que se elabora la cerveza; inicia con una ligera ducha para eliminar impurezas de la piel.
Posteriormente se da un ligero mensaje y, ya más relajados, las personas entran a la barrica, que tiene una temperatura de 38 grados centígrados, con lo que se abren los poros, lo cual permite que los exfoliantes actúen en un 100 por ciento eliminando la célula muerta e impulsando la regeneración, finalizó.