a creciente llegada de migrantes a la frontera sur de EU lleva a que más indocumentados utilicen alcantarillas para entrar ilegalmente al país en una vía considerada como una trampa mortal, como demuestra el reciente hallazgo de siete cuerpos en canales y rejillas de estos drenajes pluviales.
Aurora González, un inmigrante mexicana que cruzó a Estados Unidos con “suerte” a través del sistema de alcantarillados de Nogales, Sonora, vecino con Arizona, relata sobre los peligros que enfrentó para poder entrar al país.
“Los que podían pagar 5 mil dólares los pasaban por arriba, pero los que solo traíamos mil dólares nos pasaban por las alcantarillas, que parecían que nunca tenían fin”, dice.
En su largo recorrido, explica, tenía que desplazarse en la oscuridad sin saber realmente dónde pisaba y sorteando los diferentes niveles de agua, que constantemente subían y bajaban.
“Había ropa interior de mujer tirada, y los ‘polleros’ (traficantes de personas) nos dijeron que las mujeres que vienen solas las violan. Recuerdo que hacía mucho calor y era sofocante, y apenas era marzo”, comenta.