El Ejército mexicano inició el lunes un vasto operativo de seguridad al enviar 2.500 efectivos al estado de Michoacán (oeste), escenario de una violenta ofensiva del cártel La Familia, que dejó 16 policías muertos la semana pasada, constató una periodista de la AFP.
Los 2.500 militares se sumaron a otros mil que ya estaban desplegados y a 1.500 agentes enviados por la policía federal para reforzar la seguridad en Michoacán, donde el cártel La Familia torturó y asesinó a 12 policías cuyos cuerpos aparecieron apilados en una carretera que conduce a Morelia, la capital estatal, y a otros cuatro agentes.
“En total tenemos 3.500 elementos. Antes de llegar (el actual contingente) había 1.000 militares, desde el 11 de diciembre de 2006”, dijo este lunes el general de brigada, Rafael de Jesús Ballesteros, jefe de la 21 Zona Militar, antes de ordenar el comienzo del operativo.
Un grupo de periodistas realizó un breve recorrido por algunas calles de Morelia a bordo de camiones militares que estaban escoltados por uniformados fuertemente armados.
Los habitantes de Morelia reaccionaban con curiosidad al paso de la caravana castrense, aunque sólo algunos expresaron a viva voz su opinión sobre la masiva llegada de militares.
“¿Para qué tanto huevón?”, gritó un hombre disconforme con la llegada de los militares, mientras otro aplaudió al convoy, aunque la mayoría se mantuvo en silencio observando la inusitada presencia castrense en Morelia, de 608.000 habitantes.
Los efectivos del Ejército “realizarán acciones de patrullaje, erradicación e intercepción en las principales poblaciomes del Estado y rutas que comunican las áreas urbanas y rurales, incluyendo las serranías”, explicó Ballesteros en la rueda de prensa.
El jefe militar dijo que los efectivos “constituirán 25 bases de operaciones a fin de integrar un dispositivo periférico en el área”, y detalló que el operativo también comprende “67 bases de operaciones totalmente motorizadas y nueve bases de operaciones mixtas (ejército y policía federal)”.
Añadió que “las operaciones en tierra estarán apoyadas con 11 aeronaves”, entre ellas al menos dos helicópteros Black Hawk.
Michoacán, el estado natal del presidente Felipe Calderón, se ha convertido en el escenario central de la guerra que el gobierno mexicano ha emprendido contra los cárteles de la droga, con más de 36.000 militares y otros miles de policías desplegados en las zonas más calientes del país.
Pese a ello, más de 7.700 personas fueron asesinadas desde 2008 en México por la violencia del narcotráfico.
Los refuerzos militares y policiales llegaron a Michoacán después de que las autoridades mexicanas rechazaron una insólita propuesta de uno de los jefes de La Familia para acordar un pacto nacional al cabo de la matanza de policías.
La Familia, que predica peculiares valores espirituales entre sus integrantes, había respondido con violencia extrema a la detención de uno de sus jefes, Arnoldo Rueda, alias ‘La Minsa’, desatándose la cacería de policías.
Entre los integrantes de la estructura operativa que mató a los policías figura Julio César Godoy, un diputado federal electo de izquierda, hermano del gobernador de Michoacán, Leonel Godoy, según las autoridades