La llegada de Raquel Buenrostro a la Secretaría de Economía es una señal de que la línea dura de Manuel Bartlett se va a mantener frente a Estados Unidos y Canadá, que las consultas comerciales se convertirán en paneles en donde el gobierno de México no tendrá oportunidad de salir bien librado y que el equipo que hasta ahora había venido aguantando los embates legales queda fuera no sólo por la salida de Luz María Mora de la subsecretaria de Comercio Exterior sino porque en menos de 48 horas se hizo una limpia muy grande de los equipos encargados de estos temas.
Por ejemplo, se deshicieron del embajador de México en la Organización Mundial de Comercio, Ángel Villalobos. En dos días Raquel Buenrostro se deshizo de dos subsecretarios, vitales en este momento, al menos ocho titulares de unidad, más otros cinco directores generales y hasta a los de comunicación social les tocó.
Además de la subsecretaria de Comercio Exterior, la salida más costosa es la de Orlando Pérez, que estaba como director general de Consultoría Jurídica de Comercio Internacional. Al final del día era la cara de Secretaría de Economía que estaba directamente a cargo de los asuntos relacionados con energía, pero también con el sector automotriz, el aguacate y le tocó ganar el caso de Satmex contra la empresa francesa Eutelsat.
Todo esto disparó alertas no solo en el sector privado, incluso en el ala moderada del gobierno la salida de Luz María Mora no les gustó nada y, frente a lo que se viene en el T-MEC es un mensaje a de que la línea dura es la línea que prevalecerá, de que van a usar la narrativa del capítulo 8 del acuerdo comercial para hablar de electricidad cuando lo firmado tiene que ver exclusivamente con las reservas petroleras.
El cálculo político de la 4T es muy arriesgado, nos dicen desde adentro del gobierno, porque están convencidos de que Joe Biden pierde las elecciones intermedias, también a eso le apuestan porque consideran que ir a una confrontación con México por temas comerciales no está en las prioridades de un presidente debilitado.
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No entienden que el proceso comercial, que el juicio al que se van a enfrentar, caminará con o sin Biden y que las represalias comerciales de corto y mediano plazo serán durísimas ¿Un ejemplo? los aguacates mexicanos para el Superbowl del 2023.
¿Qué nos cuentan desde Estados Unidos? En efecto, hay un sector que considera que la nueva secretaria de Economía es una buena funcionaria pública, pero que el equipo que está armando no sirve para enfrentar lo que se viene y eso implica que la idea de que la CFE monopólica o el Pemex todopoderoso se mantenga como piedra de toque del desarrollismo de la 4T.
En lo que queda de las consultas comerciales la posición mexicana no será la de querer negociar sino la de imponerse.
Al final, la pregunta es ¿Cuáles son los riesgos inmediatos para el país? Perder el panel y pagar las multas. Hoy en día no se sabe si Raquel Buenrostro y su nuevo equipo va a poder negociar con Rocío Nahle los cambios que se requieren. La mejor opción es que entre ellas lo puedan resolver porque lo que urge es darle alguna señal a EU y Canadá en las siguientes semanas de que si quieren moverse y que están atendiendo sus preocupaciones. El panel comercial no es inevitable, se puede evitar si México atiende lo que piden Canadá y EU y tanto el presidente como Buenrostro no están en esa dinámica y la apuesta es a ver si pueden convencer a Rocío Nahle, pero sobre todo a Manuel Bartlett.
Twitter: @luiscarrujos
Vía: El Sol de México
JGR