Comer en el Kentucky Fried Chicken (KFC) se ha vuelto un lujo, con la inflación tan alta que encarece el pollo, acceder a una cubeta de 18 piezas que cuesta alrededor de 600 pesos, para que toda la familia pueda comer se ha reservado para las ocasiones especiales.
Lo que es inconcebible es que, a pesar de sus precios tan altos y las porciones tan pequeñas, la famosa cadena de comida rápida venda productos echados a perder con presencia de animales nocivos para la salud.
Tal fue el caso de Tania De Anda quien publicó en su perfil de Facebook la desagradable experiencia que tuvo en la sucursal ubicada en la avenida Río Moctezuma, en San Juan del Río, Querétaro.
La mujer acudió con otros cinco integrantes de su familia al medio día a la sucursal donde comieron tranquilamente el pollo, al sobrar piezas las llevaron a su domicilio y a la hora de la comida las intentaron recalentar, tremenda sorpresa se dieron cuando al sacar las piezas del microondas, les salían larvas que no soportaron el calor.
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Una explicación del porque no se dieron cuenta de la presencia de los animales en el pollo al principio, es que recién hecho, por el sabor y consistencia del aceite donde son freídos, no se nota la diferencia, una vez ya recalentado el pollo se deshidrata y se puede apreciar hacia el interior.
La familia regresó a reclamar a la sucursal donde tuvieron que esperar más de cuatro horas para que les dieran un folio de queja para aclarar la situación, aunque la verdadera solución es que las autoridades pertinentes inspeccionen el lugar.
Usuarios en redes sociales le dieron la razón a la mujer, ya que mencionan que la misma sucursal ha tenido problemas de salubridad con anterioridad.
MGG
