Los medicamentos antivirales Tamiflu y Relenza no son eficaces en el tratamiento de niños que han contraído el virus de la gripe A, según una investigación de médicos británicos que publica hoy el British Medical Journal.
El informe indica que los efectos secundarios que causan estos medicamentos -principalmente vómitos y diarrea- son mayores que el potencial beneficio para el paciente y pide al ministerio de Sanidad que reconsidere su estrategia ante la pandemia de gripe A.
“Nuestra investigación está constatando que para la mayoría de los niños estos medicamentos antivirales probablemente no van a tener mucho efecto”, explicó el doctor Matthew Thompson, director del estudio realizado por la Universidad de Oxford.
La investigación también indica que estos tratamientos sirven de poco para tratar con éxito la gripe común en menores, pero reconoce que el uso preventivo generalizado de estos antivirales ha servido para reducir en un 8 por ciento la transmisión de la gripe A.
En el caso de los niños de entre 1 y 12 años, los autores del estudio consideran que se debería contraindicar el uso de Tamiflu y Relenza hasta que se empiece a suministrar la vacuna, que estará previsiblemente disponible a partir del próximo mes de septiembre.
Los vómitos y la diarrea, y la eventual deshidratación que provocan estos antivirales son un trastorno mayor que el beneficio que representa acortar en un día, o en un día y medio, el tiempo de recuperación del niño contagiado con las variantes de la gripe.
Además, indicaron los expertos, su efecto no es significativo a la hora de tratar ataques de asma, infecciones de oído o evitar que se pase a la siguiente fase médica de receta de antibióticos.
El doctor Carl Henegan, médico de cabecera y experto del John Radcliffe Hospital de Oxford, consideró que estas conclusiones indican que la política actual de emplear los anti-virales para infecciones menores es una estrategia inapropiada
“Los trastornos superan al beneficio que representa recortar en un día los síntomas”, manifestó Henegan.
El Tamiflu ha sido recetado de manera generalizada por las autoridades a aquellas personas que presentaban los síntomas de la enfermedad, en buena parte de los casos tras un diagnóstico realizado con una sola consulta telefónica o por internet.
Este estudio se conoce poco después de que un informe oficial de las autoridades sanitarias británicas señalara que un 53 por ciento de los niños de tres escuelas londinenses que fueron tratados con Tamiflu como medida preventiva frente a la gripe A sufrieron uno o más efectos secundarios, principalmente náuseas y pesadillas.
El estudio, elaborado por la Agencia de Protección de la Salud (HPA) del Reino Unido, analizó los datos correspondientes a 103 niños, a 85 de los cuales se les administró este fármaco por profilaxis después de que un compañero contrajera la gripe A.
De estos 85 niños, 45 experimentaron uno o varios efectos secundarios, siendo las náuseas el más habitual, seguido de dolores de estómago, vómitos, calambres y problemas de sueño.
Casi un quinto (un 18 por ciento) de los que recibieron el tratamiento experimentó también efectos secundarios neuropsiquiátricos, como mala concentración, incapacidad para pensar con claridad, insomnio, mareos, confusión, pesadillas y comportamientos extraños, según lo definió la HPA