México está entrando en un contexto social y político peligroso.
Existe un ánimo de provocación planificada, que se manifiesta en el acoso continuo contra los otros poderes de la Unión.
Si el senador Armenta -presidente del Senado de la República, de militancia morenista- tiene la piel sensible y se sintió amenazado por unos cuantos mensajes de WhatsApp de la ministra Norma Piña -que en realidad pretendían entablar un diálogo muy mal planteado-, cómo es posible que haya tolerado la amenaza -hasta hoy simbólica- de dos féretros frente a la SCJN y uno de ellos dirigido a la ministra Piña.
Este hecho perverso debía haber merecido una reconvención a los organizadores de esta farsa por parte del presidente López Obrador. En contraste, hubo apapachos para quienes los llevaron. Esto es grave porque los protagonistas son funcionarios públicos de alto nivel -morenistas- y están en funciones.
Por otra parte, el tuit del subsecretario de la Secretaría de Energía del gobierno federal, -Sergio Saldaña Zorrilla-, publicado el 20 de mayo, en el que afirma que la “narcomarrana no va a renunciar por sí misma”, no tuvo ningún llamado de atención en la mañanera.
Este mensaje evidentemente era un insulto dirigido a la ministra Norma Piña, mismo que fue borrado después de una embestida por parte de muchos usuarios de Twitter que le recriminaron la ofensa, -entre ellos-, López Dóriga.
Sin embargo, surge la pregunta: Alguno de los presidentes anteriores -hoy vilipendiados por el presidente López Obrador-, ¿habría tolerado la farsa de los ataúdes frente al edificio de la SCJN?
¿Habría dejado en su puesto a quien insultó por tuit a la presidenta de la SCJN, llamándola “marrana”?
Es evidente que los agresores de la ministra Piña endurecen sus ofensas al límite porque están seguros de estar interpretando correctamente los deseos del presidente y no tienen duda de que recibirán su protección si su conducta tuviese consecuencias. Hasta piensan que tendrán una palmadita suya y un guiño de ojo de complicidad cuando se vuelvan a encontrar.
Con toda seguridad en otros tiempos esto no habría sucedido, pues existía respeto entre los poderes, aunque tuviesen diferencias y hubiese recriminaciones. En ese caso, éstas serían expresiones muy mesuradas y sin agresiones personales.
Si algo tan grave acontece hoy es porque existe la autorización tácita del presidente de la república.
¿Dónde habrán quedado las clases mañaneras de moral y valores?
La moral se practica con acciones que estimulan el ejemplo y no con verborrea.
Es indiscutible que vamos recorriendo un camino de violencia que no tiene retorno.
Este es un contexto intencionalmente provocado para generar una ruptura del orden social y político, para que frente a unas autoridades constitucionales disminuidas y desgastadas en su imagen pública por la provocación y el acoso del Poder ejecutivo -y por tanto, imposibilitadas de imponer su autoridad frente a una fractura del orden público-, entonces puedan intervenir las fuerzas armadas, lo cual invariablemente significaría represión y control.
El rompimiento del orden a partir de autoridades debilitadas intencionalmente por sus adversarios, nos alerta del riesgo del posible surgimiento de un estado totalitario.
BANAMEX 2025
Que los directivos de Citi Group hayan pospuesto la venta de su banca de menudeo hasta el 2025 y hayan decidido realizar la venta a través de la Bolsa de Valores, define la desconfianza que genera la nueva forma de gobernar el país.
En esa fecha -en que BANAMEX saldrá a la venta-, el presidente López Obrador ya no estará en el cargo y en la silla presidencial estará su sucesor.
La continua intervención del presidente en este asunto seguramente generó una percepción de riesgos, principalmente cuando dejó entrever que el mismo gobierno federal podría encabezar la compra.
Es evidente que detrás de esta estrategia presidencial podría estar la pretensión de comprar a este importante banco para fusionarlo con el “Banco del Bienestar”, y así manejarlo como caja chica, o quizá anexarlo a Banjército -la institución financiera de la SEDENA- y dejar la operación en manos de militares.
Definitivamente, el excesivo protagonismo del presidente en temas que no son de su incumbencia personal, -como lo es la venta de BANAMEX-, mandan un mensaje de riesgo e incertidumbre a los grandes capitales internacionales. Esto impactará negativamente la inversión extranjera y la generación de empleos.
EL AEROPUERTO ADN DE MONTERREY
La concesión del Aeropuerto Internacional del Norte -conocido como ADN-, que es un aeropuerto alterno – utilizado únicamente para vuelos privados -, ya no será renovada a los inversionistas que lo han operado durante los últimos 30 años. Estas fueron instrucciones directas del presidente López Obrador.
¿Será que se le cederá esta terminal aérea directamente a la SEDENA, como ha sucedido con otros aeropuertos del país?
En sólo cuatro años ha surgido un grupo empresarial que posee aeropuertos, aerolíneas, el Tren Maya, una megaconstructora dedicada a la obra civil, negocios turísticos, entre otros rubros comerciales. Lo que llama la atención es que el capital lo pone el gobierno federal y luego se obsequia a los militares.
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