En 10 meses, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha experimentado una ola de renuncias y destituciones, sin precedentes en su historia, por lo que expertos en capital humano, administración pública y expresidentes del INE lo consideraron como “grave”, “delicado”, “preocupante”, “una tragedia” y un riesgo para las votaciones del próximo domingo 2 de junio, además de un “síntoma” de que algo interno no está bien, incluso, debido a “un mal liderazgo”.
Actualmente, no queda un solo mando alto de la administración anterior en las direcciones ejecutivas, coordinaciones y Unidades Técnicas, debido a las amenazas del excontralor Jesús George Zamora, que dio pie a la renuncia masiva de los altos mandos, y los pocos que se quedaron fueron obligados a renunciar o decidieron hacerlo, en 2023.
A través de los meses siguientes el INE de la consejera Guadalupe Taddei inició un desmantelamiento real de sus cuadros de nivel alto y medio que nunca se había dado en el instituto.
De los 352 puestos de directores de área y subdirectores del instituto, 28% han renunciado o se les ha forzado a renunciar (99 personas).