Asia deberá hacer frente a una escasez de vacunas contra la nueva cepa de influenza pandémica H1N1 cuando la próxima ola de infecciones golpee en la temporada de invierno boreal de este año, señaló el martes un portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Australia y China comenzarán a producir las inmunizaciones en septiembre, pero esas dosis serían usadas localmente y el resto de la región no se beneficiaría.
“Nadie está preparado (…) habrá una escasez masiva de vacunas comparado con las necesidades y la demanda”, dijo el portavoz de la OMS Peter Cordingley, quien reside en Manila.
Pese a que el virus causa síntomas leves en muchas personas, expertos han alertado por las complicaciones severas y muertes que han ocurrido en embarazadas, niños pequeños, personas con problemas de salud subyacentes como obesidad y diabetes y, lo más desconcertante, en adultos jóvenes sanos.
La cepa H1N1 es ampliamente tratable con el antiviral oseltamivir pero las vacunas están recomendadas como un método masivo de prevención en la población.
“Veremos al menos en Australia y China el inicio de la producción de vacunas. Por supuesto, eso no hace ninguna diferencia para el resto de Asia porque creo que es predecible que Australia y China usarán sus vacunas a nivel doméstico”, dijo Cordingley a Reuters.
“A nadie le irá muy bien. Llevará mucho tiempo antes de que la producción llegue a solucionar siquiera los problemas de Australia”, agregó.
En Japón, la temporada de gripe ya empezó mientras que sus compañías farmacéuticas aún no han comenzado a producir la nueva vacuna.
Cordingley dijo que la falta de inmunizaciones en los países en desarrollo generaba una particular preocupación.
“No tienen recursos, tienen poblaciones que corren alto riesgo por sus condiciones de hacinamiento (…), sin servicios de salud, ni acceso al médico y con muchas mujeres embarazadas; estamos muy preocupados por esto”, indicó el portavoz de la agencia de Naciones Unidas.
PREPARACION INSUFICIENTE
Algunos gobiernos en Asia han firmado contratos de compra con los principales fabricantes de vacunas, pero todavía es una incógnita el cuándo llegarán esas dosis.
Japón quiere brindar suficientes vacunas contra la influenza H1N1 para tratar a 53 millones de habitantes, casi la mitad de su población. No obstante, se espera que los productores locales puedan fabricar cantidades que cubrirían sólo a entre 13 y 17 millones de personas.
“La realidad es que si no tenemos suficiente cantidad, tenemos que traerlas desde algún otro lugar”, dijo el secretario del jefe de gabinete japonés, Takeo Kawamura.
Indonesia, que tiene una población de 226 millones de personas, no ha firmado ningún contrato con fabricantes de vacunas extranjeros, manifestó Tjandra Yoga Aditama, jefe de control de enfermedades del Ministerio de Salud.
La estatal Bio Farma es uno de los 23 laboratorios del mundo autorizados por Naciones Unidas para producir la nueva vacuna. Pero informó que aún está aprendiendo a fabricar la inmunización contra la gripe estacional antes de poder avanzar a la generación de vacunas para las cepas H5N1 y H1N1.
En tanto, China planea contar con vacunas para cubrir sólo al 5 por ciento de su población para fin de año, según medios estatales. Las pruebas iniciales mostraron que su inmunización sería “segura y confiable”.
Singapur, que tiene un contrato con la australiana CSL Ltd por la nueva vacuna, actualmente está negociando con otros laboratorios importantes para diversificar su suministro.
Por su parte, Hong Kong ha pedido a fabricantes dosis para cubrir a 2.5 millones de personas, o un tercio de su población, pero ese plan fracasó. Pronto abrirá una nueva rueda de negociaciones