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La narrativa impulsada por Maribel Guardia y su esposo Marco Chacón en contra de Imelda Garza Tuñón comienza a colapsar. Nuevas pruebas e inconsistencias reveladas en los últimos días han puesto en entredicho la veracidad de las acusaciones contra la viuda de Julián Figueroa, y han encendido las alarmas sobre una posible campaña de desprestigio orquestada desde el círculo cercano a Maribel.

Todo comenzó con una conferencia de prensa ofrecida por Maribel Guardia el pasado mes, a las afueras del teatro, donde participa en la obra Lagunilla, mi barrio. 

Ahí, acompañada de su esposo Marco Chacón, la actriz lanzó una serie de acusaciones directas contra Imelda Garza Tuñón, señalándola de tener problemas de drogadicción y de crear un ambiente inadecuado para su nieto. 

Sin embargo, estas declaraciones ya han sido contundentemente desmentidas. Garza Tuñón se sometió voluntariamente a pruebas toxicológicas, cuyos resultados fueron negativos para cualquier sustancia ilícita. Aunque estas pruebas fueron privadas, fueron realizadas ante notario público y difundidas por medios nacionales. 

Adicionalmente, la defensa de Imelda ha solicitado que las autoridades realicen un peritaje oficial que corrobore estos resultados, con la intención de limpiar su imagen de manera formal.

Otra de las acusaciones sostenidas por Maribel y Marco fue que Imelda habría amenazado a miembros de la familia. Sin embargo, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México desestimó estas afirmaciones tras revisar los dispositivos y mensajes entregados por la propia Imelda.

Según fuentes judiciales, no existe evidencia de amenazas, violencia o riesgo para el menor. Esta conclusión debilitó aún más el caso impulsado por la actriz, y pone en duda si el objetivo de la denuncia fue realmente el bienestar del niño o una estrategia legal para alejar a su nuera de su hijo.

Custodia del niño: un juez favorece a Imelda

En el plano legal, la batalla más dura ha sido por la custodia del hijo de Julián Figueroa. A pesar de que Maribel Guardia, insistía públicamente en que el menor debía permanecer bajo su cuidado “por su bienestar”, argumentando que el niño “ha vivido siempre con ella” y pidió formalmente la custodia temporal, fue un juez de lo familiar quien resolvió que Imelda Garza Tuñón es la persona más apta para cuidar del menor.

Esta decisión refuerza la postura de que las acusaciones buscaban desacreditarla ante la opinión pública, sin sustento jurídico real.

El testamento de Julián Figueroa: ¿un documento falsificado?

Uno de los puntos más polémicos del caso surgió con la aparición del supuesto testamento de Julián Figueroa, en el cual —según versiones— se excluye a Imelda de cualquier beneficio económico. Sin embargo, el equipo legal de Garza Tuñón ha aportado evidencia de que el documento podría ser falso.

De acuerdo con el abogado Antonio Lozano, la firma de Julián en el testamento no coincide con la de documentos oficiales como su INE o pasaporte. El especialista calificó la firma de “ridícula” y aseguró que se trata de una burda imitación.

Este posible fraude testamentario refuerza las sospechas de que el conflicto no solo es familiar, sino también económico, y que podría haberse intentado desplazar a Imelda para quedarse con la herencia del cantante.

¿Manipulación mediática?

La opinión pública ha comenzado a cambiar su perspectiva. La secuencia de acusaciones, desmentidos, y decisiones judiciales favorables a Imelda sugieren una estrategia para manipular versiones, crear un cerco mediático y desprestigiar a la madre del hijo de Julián Figueroa.

Incluso algunas figuras del espectáculo y el periodismo han comenzado a cuestionar la narrativa presentada por Maribel y Marco, quienes han utilizado su plataforma para fortalecer una imagen de victimización, pese a que la evidencia apunta en dirección contraria.

Por ahora, la justicia parece estar dando un vuelco. Imelda Garza Tuñón ha logrado demostrar su sobriedad, su capacidad como madre y ha expuesto irregularidades legales graves, como la posible falsificación del testamento.

La historia, que inicialmente presentaba a Maribel Guardia como protectora de su nieto, hoy se ve contaminada por elementos que apuntan a una campaña de desprestigio. Mientras tanto, Imelda, lejos de huir o guardar silencio, ha enfrentado el proceso con transparencia y voluntad de esclarecer los hechos.

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