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El intento del exgobernador Ulises Ruiz de regresar a la escena política de Oaxaca se vio interrumpido por un episodio de protesta social.
Este domingo, profesores de la región de Valles Centrales afiliados a la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) irrumpieron en la asamblea constitutiva estatal de México Nuevo, partido que impulsa el propio Ruiz Ortiz.

Con consignas como “¡Ni perdón ni olvido, castigo a los asesinos!” y “¡Ulises asesino, la cuenta está pendiente!”, los manifestantes exigieron justicia por los hechos ocurridos durante el conflicto magisterial de 2006, cuando la administración del entonces gobernador Ulises Ruiz fue señalada por represión y el uso de la fuerza pública contra maestros y simpatizantes.


Protesta y suspensión del evento político

A las nueve de la mañana, los maestros se concentraron en la esquina de la avenida Ferrocarril y la calle Constitución, en el municipio de Santa Cruz Amilpas, desde donde marcharon hacia la unidad deportiva donde se llevaría a cabo la asamblea una hora después.

El ingreso del contingente sorprendió a trabajadores del Instituto Nacional Electoral (INE), quienes acudían a certificar la actividad política.
Según reportes locales, los educadores derribaron sillas, destruyeron lonas y quemaron propaganda de México Nuevo, interrumpiendo por completo la sesión.

En el lugar también se encontraba Sofía Castro, coordinadora estatal de la agrupación y una de las principales aliadas de Ulises Ruiz.
La exlegisladora fue encarada y perseguida por manifestantes, quienes la obligaron a retirarse entre gritos y consignas.

“No olvidamos los agravios del 2006. No permitiremos que se utilice a Oaxaca como trampolín político por quienes dañaron a su pueblo”, señaló América Reyes Luna, integrante de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Oaxaca.

Los trabajadores del INE, al igual que los asistentes a la asamblea, evacuaron el sitio por una puerta trasera ante el avance de los manifestantes.
Minutos después, los docentes ocuparon el templete e hicieron pública su posición: no permitirán la formación del partido de Ulises Ruiz en Oaxaca.


El conflicto magisterial de 2006, una herida abierta

El nombre de Ulises Ruiz continúa asociado a uno de los episodios más complejos de la historia reciente de Oaxaca.
Durante su administración (2004–2010), la confrontación con el magisterio oaxaqueño derivó en una serie de enfrentamientos y actos de violencia que dejaron más de 20 muertos y un profundo resentimiento social.

A casi dos décadas de aquellos hechos, la Sección 22 sostiene que no ha habido justicia ni reparación.
El intento del exmandatario por volver al ámbito político ha sido interpretado por amplios sectores sociales como una provocación a la memoria colectiva, especialmente entre las comunidades y sindicatos que participaron en el movimiento de 2006.

De acuerdo con el Centro de Derechos Humanos Bartolomé Carrasco Briseño (BARCA-DH), las víctimas de ese conflicto siguen esperando una investigación integral y la identificación de responsables de los abusos cometidos por fuerzas estatales y federales (ver informe).


México Nuevo, el proyecto político de Ulises Ruiz

El partido México Nuevo, promovido por Ulises Ruiz, busca obtener el registro como fuerza política nacional ante el Instituto Nacional Electoral, con presencia en las 32 entidades del país.
Según sus promotores, el movimiento pretende representar una alternativa ciudadana que rescate la “eficiencia y disciplina institucional”.

Sin embargo, el boicot en Oaxaca evidencia las dificultades de legitimación política que enfrenta el exgobernador.
El episodio también refleja la fragilidad del consenso social que rodea su figura y la resistencia de sectores sindicales a permitir su retorno a la vida pública.

La legislación electoral mexicana permite que organizaciones ciudadanas soliciten registro como partido si logran celebrar asambleas en al menos 20 estados y reunir más de 300 mil afiliados verificados por el INE (consulta el proceso aquí).


Conclusión

El caso de Ulises Ruiz demuestra que, en Oaxaca, la memoria política sigue viva y que los hechos de 2006 continúan influyendo en el presente.
A pesar de los años, los reclamos de justicia y verdad mantienen su fuerza y se reactivan cada vez que el exmandatario intenta regresar a la arena política.

Mientras México Nuevo intenta consolidar su estructura, el rechazo social hacia su principal impulsor confirma que, en el estado, la reconciliación sigue pendiente.
La historia de Ulises Ruiz es también la historia de una herida que Oaxaca no ha logrado cerrar.

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