El 28 de octubre es uno de los días más conmovedores dentro del calendario espiritual del Día de Muertos.
En esta fecha, según la tradición popular mexicana, regresan las almas que murieron en accidentes, de manera violenta o inesperada.
Es un día que mezcla dolor, respeto y purificación, un momento en que los vivos encienden velas para dar luz a quienes partieron sin despedirse.
En los hogares mexicanos, el altar del 28 de octubre adquiere un tono distinto.
La luz es más intensa, el silencio más solemne y las flores de cempasúchil se colocan con una intención especial: guiar el espíritu de quienes no tuvieron tiempo de decir adiós.
🕯️ Un homenaje a las almas repentinas
Las creencias populares indican que el 28 de octubre es el primer día en que llegan almas humanas durante la festividad.
El día anterior, 27 de octubre, se dedica a las mascotas fallecidas; pero a partir de esta fecha comienzan a cruzar las almas de personas que murieron trágicamente, aquellas que se fueron sin consuelo, víctimas de accidentes o actos violentos.
En muchos pueblos del centro y sur del país, los altares del 28 de octubre se decoran con velas blancas, cruces de sal, pan sencillo, fotografías y, en ocasiones, objetos personales hallados en los lugares donde ocurrió la tragedia.
Las familias encienden una vela por cada alma que recuerdan, y la dejan encendida toda la noche para iluminar su retorno.
“A las almas trágicas se les reza con más fervor, porque no tuvieron tiempo de prepararse para morir”, explica la antropóloga María del Socorro Mendoza, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Este día poderoso no se vive con tristeza, sino con reconciliación: los mexicanos creen que al recordar y nombrar a las almas violentamente arrebatadas, se les concede la paz que en vida les fue negada.
🌼 El altar del 28 de octubre: símbolos y significados
El altar dedicado a esta fecha incluye todos los elementos tradicionales del Día de Muertos, pero con detalles que refuerzan el sentido de purificación:
- Velas blancas o moradas, que representan la esperanza y la transición.
- Cruces de sal, símbolo de protección espiritual.
- Flores de cempasúchil, que guían el camino de regreso.
- Pan de muerto sin azúcar, como ofrenda humilde para las almas desamparadas.
- Copal e incienso, que purifican el ambiente y ayudan a elevar las oraciones.
En algunos estados como Puebla, Veracruz y Guerrero, las familias colocan también agua bendita y retratos pequeños, o preparan una ofrenda en la calle, justo en el punto donde ocurrió el accidente.
Este gesto simbólico permite cerrar el ciclo entre el dolor y el recuerdo, transformando la tragedia en memoria colectiva.
🌙 La espiritualidad detrás del 28 de octubre
El 28 de octubre tiene también un trasfondo espiritual que combina raíces prehispánicas y creencias católicas.
En el México antiguo, se consideraba que las almas de los muertos violentamente necesitaban ayuda para cruzar al Mictlán, el inframundo.
La llegada de estas almas marcaba el inicio de un periodo de purificación del espíritu.
Hoy, esta fecha se ha integrado al calendario popular con fuerza simbólica.
En muchas comunidades, los altares se colocan al aire libre o cerca de las ventanas, permitiendo que la luz de las velas se vea desde el exterior, como una señal luminosa para los viajeros del más allá.
Según la Secretaría de Cultura de México (consultar aquí), estas tradiciones locales representan una forma única de mantener viva la identidad espiritual del país.
Por su parte, el INAH resalta que el respeto a las almas del 28 de octubre refuerza la dimensión moral del Día de Muertos, donde la muerte no se olvida, sino que se abraza como parte del ciclo vital (más información aquí).
💫 Reflexión final: luz para quienes partieron sin despedida
El 28 de octubre recuerda que la vida es frágil y la memoria, eterna.
Las almas que se fueron de forma repentina no regresan buscando lamentos, sino el reconocimiento de su paso por el mundo.
Por eso, cada vela encendida es un acto de amor y redención.
Cuando cae la noche, los hogares mexicanos se llenan de un resplandor distinto: el que nace de la compasión.
Porque en México, incluso la muerte trágica encuentra su camino de regreso a la luz.








