1. Una gobernadora joven con una victoria histórica
Indira Vizcaíno llegó al poder el 1 de noviembre de 2021 como la segunda mujer gobernadora de Colima y la primera en lograr la alternancia tras más de 90 años de gobiernos priistas. Su triunfo, abanderado por la alianza encabezada por Morena, fue leído en su momento como un cambio generacional y político profundo en un estado tradicionalmente controlado por las viejas élites locales.
Con formación en Derecho por la Universidad de Colima y experiencia como diputada federal y presidenta municipal de Cuauhtémoc, su perfil combinaba juventud, trayectoria y cercanía con el proyecto político instalado en el gobierno federal.

2. Del discurso de transformación a un estado con récord de violencia
Muy pronto, la narrativa de cambio que acompañó a Indira Vizcaíno se topó con la realidad de un estado convertido en uno de los más violentos del país. Colima ha encabezado, de forma reiterada, las tasas nacionales de homicidio doloso y aparece de manera constante en los listados internacionales de ciudades más peligrosas del mundo.
En 2022 y 2023, las tasas de homicidio por cada 100 mil habitantes se mantuvieron en niveles extremadamente altos y con tendencia al alza, colocando a Colima entre las entidades con mayor deterioro en sus índices de paz y seguridad.
La percepción ciudadana asocia directamente este contexto con la gestión actual: para amplios sectores de la población, el mayor pendiente del gobierno es la incapacidad de reducir la violencia, especialmente en municipios clave como Manzanillo y la capital, donde convergen crimen, economía portuaria y población en riesgo.
3. Economía, precariedad y desgaste social
Al problema de la violencia se suma un deterioro en la calidad de vida. Diversos análisis señalan que Colima enfrenta rezagos en salud, precariedad económica y una sensación generalizada de vulnerabilidad en las familias, lo que ha erosionado el respaldo social al gobierno de Indira Vizcaíno.
El impacto económico de la inseguridad no es menor: incremento de costos para negocios, afectación al turismo, salida de inversiones y un entorno poco atractivo para proyectos productivos. Informes recientes han documentado cómo la violencia ha terminado por “pegarle” directamente al bolsillo de las familias colimenses, alimentando una percepción de estancamiento y frustración.
4. Controversias que marcaron la gestión
Además del terreno de la seguridad, la administración de Indira Vizcaíno se ha visto envuelta en varias polémicas que han desgastado su imagen pública. Entre ellas destacan:
- El incremento salarial para la propia gobernadora y 24 altos funcionarios en 2022, con aumentos de hasta 60%. Tras el enojo ciudadano, la medida tuvo que ser revertida y la mandataria terminó admitiendo que fue un error.
- El programa de laptops “Coli-Becas”, con la compra de más de 30 mil equipos a un precio señalado como superior al del mercado, lo que generó críticas por el diseño de la política pública y por el uso de recursos en un contexto de crisis de seguridad y servicios.
Estas controversias abonaron a la narrativa de que el gobierno no siempre ha priorizado de forma clara las urgencias estructurales del estado.
5. Aprobación en mínimos y el peso de la opinión pública
Las encuestas nacionales de evaluación de gobernadores han colocado en repetidas ocasiones a Indira Vizcaíno entre las mandatarias con menor aprobación del país, señalando como principales motivos el manejo de la seguridad, la percepción de lejanía con las preocupaciones ciudadanas y el desgaste provocado por los escándalos públicos.
Este nivel de desaprobación no solo afecta el balance de su gestión, sino que también impacta en el cálculo político rumbo a 2027: la marca de su gobierno será un tema inevitable en la narrativa electoral, tanto para quienes busquen continuidad como para quienes se presenten como opción de ruptura.
6. Colima rumbo a 2027: herencia complicada para quien venga
El sexenio de Indira Vizcaíno concluye en 2027, año en que Colima volverá a las urnas para elegir gubernatura. Para entonces, el balance de su gobierno será un componente central de la contienda: la oposición insistirá en los datos de violencia, rezagos y polémicas; el oficialismo intentará destacar programas sociales, inversiones puntuales y la narrativa de haber recibido un estado ya deteriorado.
Más allá del discurso, lo cierto es que el próximo gobierno heredará un paquete complejo: altos índices de homicidio, un puerto estratégico marcado por el crimen y la geopolítica del comercio internacional, familias golpeadas por la combinación de inseguridad y precariedad, y una ciudadanía cansada de promesas de pacificación que no se concretan.
En ese contexto, el legado de Indira Vizcaíno será un eje de discusión inevitable: ¿logró contener el deterioro o lo profundizó?, ¿sentó bases para una eventual mejora o solo administró la crisis?
7. ¿Cómo llegará Indira Vizcaíno al cierre de su mandato?
De aquí a 2027, la capacidad de Indira Vizcaíno para recomponer parte de su imagen dependerá, sobre todo, de lo que ocurra en tres frentes:
- Seguridad: cualquier disminución sostenida en homicidios y delitos de alto impacto podría matizar el balance negativo actual.
- Resultados visibles: obras, programas y mejoras tangibles en servicios públicos serán clave para contrarrestar la percepción de desgaste.
- Relación con la ciudadanía: la cercanía, la autocrítica y la transparencia pueden influir en cómo la población recuerde su gobierno cuando se acerque la jornada electoral.
Si estos frentes no muestran cambios significativos, la narrativa dominante será la de un sexenio marcado por la violencia y la incertidumbre, convirtiendo a Indira Vizcaíno en un referente crítico dentro del debate público sobre seguridad y gobernanza en México.
Conclusión
La historia política reciente de Colima no puede contarse sin el nombre de Indira Vizcaíno. Su llegada en 2021 simbolizó una ruptura con el viejo régimen; su gestión, sin embargo, ha estado atravesada por una realidad mucho más dura: la de un estado pequeño, con importancia estratégica, atrapado en niveles de violencia que lo colocan de forma reiterada en los primeros lugares de las listas más preocupantes del país y del mundo.
Rumbo a 2027, su gobierno será tema obligado: para unos, ejemplo de los límites del proyecto que representa; para otros, una administración que enfrentó un escenario extremadamente complejo. Lo que nadie discute es que el siguiente capítulo político de Colima comenzará escribiéndose sobre el saldo que deje este sexenio.








