Por Redacción 23 de diciembre de 2025
El mundo de la moda y el espectáculo cierra el 2025 con una noticia que ha acaparado las portadas internacionales: Gigi Hadid se casa. La supermodelo, quien ha sido el rostro de una generación y ha redefinido los estándares de la industria, se prepara para caminar hacia el altar en lo que promete ser la boda de la década. Sin embargo, reducir a Jelena Noura Hadid —su nombre real— a un simple titular nupcial sería ignorar la complejidad de una mujer que ha navegado entre la presión mediática, la maternidad y, sobre todo, una batalla silenciosa contra una condición médica crónica que transformó su cuerpo y su carrera.
A sus 30 años, Gigi Hadid no es solo una maniquí de alta costura; es una empresaria, madre y activista de la salud que ha tenido que defender su físico ante la crítica despiadada. Mientras los paparazzis buscan la foto del anillo, nosotros hacemos una radiografía completa de su vida, desde sus orígenes privilegiados hasta el diagnóstico clínico que cambió su perspectiva sobre el bienestar. A continuación, presentamos los siete pilares que sostienen la vida de la futura novia.
1. El diagnóstico médico: La Tiroiditis de Hashimoto
Para entender la evolución física de Gigi Hadid, es imperativo abordar el aspecto clínico. En 2016, la modelo reveló que padecía la enfermedad de Hashimoto, una afección autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca a la glándula tiroides.
Desde un punto de vista médico, esta tiroiditis crónica linfocítica provoca hipotiroidismo, lo que resulta en un metabolismo lento, fatiga extrema, sensibilidad al frío y fluctuaciones de peso. Paradójicamente, el tratamiento para esta condición y la propia naturaleza de la enfermedad causaron que Gigi Hadid perdiera peso involuntariamente al inicio de su carrera adulta, lo que le valió críticas injustas por estar «demasiado delgada».
Ella misma tuvo que explicar que su delgadez no era producto de trastornos alimenticios ni de drogas, sino de un cuerpo luchando contra su propio sistema inmune y ajustándose a la medicación levotiroxina. Esta confesión puso sobre la mesa la importancia de la salud endocrina en un mundo obsesionado con la imagen, educando a millones sobre cómo las enfermedades invisibles afectan la fisiología.
2. Orígenes: Entre la genética y el privilegio
Nacida el 23 de abril de 1995 en Los Ángeles, California, Gigi Hadid lleva el multiculturalismo en la sangre. Es hija del promotor inmobiliario jordano-palestino Mohamed Hadid y de la exmodelo neerlandesa Yolanda Hadid. Esta mezcla genética le otorgó sus rasgos distintivos, pero su apellido le abrió puertas que ella se encargó de mantener abiertas con trabajo.
A menudo etiquetada como una «nepo baby» (hija del nepotismo), Gigi nunca ha negado su privilegio, pero sus colegas en la industria, desde fotógrafos hasta diseñadores, destacan su ética laboral. Comenzó a modelar a los dos años para Baby Guess, pero sus padres insistieron en que tuviera una infancia «normal» centrada en el deporte (voleibol y equitación) antes de lanzarse profesionalmente al ruedo mediático a los 18 años.
3. El ascenso de la «Instagirl»
La carrera de Gigi Hadid marcó un antes y un después en el marketing de moda. Junto a su amiga Kendall Jenner, inauguró la era de las «Instagirls», modelos cuya valía no solo se medía por su paso en pasarela, sino por su influencia digital.
Su ascenso fue meteórico. En cuestión de dos años, pasó de ser una chica californiana en The Real Housewives of Beverly Hills (el reality de su madre) a cerrar desfiles para Chanel, Versace y Marc Jacobs. Su rostro se convirtió en omnipresente, logrando algo que pocas consiguen: ser comercial y de alta costura al mismo tiempo. Sin embargo, este éxito masivo vino acompañado de ansiedad y ataques de pánico, temas de salud mental que también ha abordado con franqueza, normalizando la terapia en su gremio.

4. Maternidad y madurez: La llegada de Khai
En septiembre de 2020, la vida de Gigi Hadid dio un giro de 180 grados con el nacimiento de su hija, Khai, fruto de su relación intermitente con el cantante británico Zayn Malik. La maternidad la alejó temporalmente de los focos y la obligó a establecer límites férreos con la prensa.
Gigi se convirtió en una leona protectora de la privacidad de su hija, publicando cartas abiertas a los paparazzis pidiéndoles que pixelaran el rostro de la menor. Esta etapa redefinió sus prioridades. Ya no viajaba por meses; seleccionaba trabajos estratégicos que le permitieran estar presente. La maternidad también le dio una nueva apreciación por su cuerpo, el mismo que había sido criticado por el Hashimoto, ahora era venerado por ella misma por haber sido capaz de gestar vida.
5. El incidente con Zayn Malik y la resiliencia familiar
No todo ha sido color de rosa. En 2021, Gigi Hadid enfrentó uno de los escándalos mediáticos más duros de su vida personal: una supuesta alteración física entre su entonces pareja, Zayn Malik, y su madre, Yolanda Hadid.
El incidente terminó con la separación de la pareja y cargos legales contra el cantante. En medio de la tormenta, Gigi mantuvo un silencio estoico, priorizando el bienestar de Khai y demostrando una madurez emocional superior a su edad. Logró establecer una dinámica de copaternidad funcional a pesar del dolor público, demostrando que su capacidad de gestión de crisis es tan fuerte como su caminar en la pasarela.
6. Empresaria: Guest in Residence
Entendiendo que la carrera de modelo tiene fecha de caducidad, Gigi Hadid diversificó su portafolio lanzando Guest in Residence, su propia línea de ropa de cachemira (cashmere).
Lejos de ser solo la imagen de la marca, Gigi se involucró en el diseño creativo y la selección de materiales, buscando crear prendas atemporales y duraderas. Este movimiento empresarial fue inteligente; aprovechó su conocimiento de la industria textil y su gusto personal por la comodidad para crear un negocio rentable que no depende de su aspecto físico, sino de su visión estética.
7. La Boda: Un nuevo capítulo en 2025
Y así llegamos al presente. La noticia de que Gigi Hadid contraerá nupcias cierra un ciclo de turbulencias amorosas y abre uno de estabilidad. Aunque se han mantenido los detalles en reserva, fuentes cercanas aseguran que la ceremonia reflejará la personalidad actual de la modelo: íntima, elegante y conectada con la naturaleza, posiblemente en su granja de Pensilvania, su refugio personal.
Este matrimonio llega en un momento donde Gigi ha encontrado el equilibrio entre su salud (controlando el Hashimoto con dieta y descanso), su faceta de madre y su estatus de ícono. No busca la boda mediática del siglo, sino la celebración de un amor maduro y sereno.
Conclusión: Más que una cara bonita
Al repasar su trayectoria, queda claro que Gigi Hadid es una superviviente. Ha sobrevivido a los juicios sobre su cuerpo, a una enfermedad autoinmune crónica, a la presión de las redes sociales y a rupturas públicas dolorosas.
Hoy, vestida de novia (metafórica y literalmente), Gigi representa a la mujer moderna que no elige entre carrera y familia, ni entre salud y éxito. Lo quiere todo, y ha trabajado duro para tenerlo. Mientras el mundo espera ver el vestido, ella simplemente celebra estar viva, sana y feliz.








