Autoridades estatales ordenaron una investigación a los centros de rehabilitación para adictos en la fronteriza Ciudad Juárez, tras una masacre de 10 personas que el gobierno atribuye a la guerra de dos carteles rivales de las drogas.
“Hay centros piratas que son habilitados por ellos mismos, son centros de reclutamiento, porque los soldados más fieles de ellos son los adictos, que no tienen nada que perder y a cambio de droga los concentran y los reclutan”, dijo a la AP Sergio Belmonte, vocero de la alcaldía de Ciudad Juárez.
La noche del martes, un comando llegó al centro Anexo de Vida A.C. y acribilló a nueve hombres y una mujer, en el segundo ataque en 15 días a lugares de ese tipo y el cuarto en los últimos meses.
“Era un centro clandestino, no está registrado, era pirata completamente”, dijo Belmonte sobre Anexo de Vida A.C.
El gobierno del estado de Chihuahua, al que pertenece Ciudad Juárez, advirtió que serán cerrados los centros que no cumplan con las normas y sean aprovechados para actividades distintas a la rehabilitación, lo cual ha comenzado a generar preocupación en algunos establecimientos que piden no ser “satanizados”.
El gobernador de Chihuahua, José Reyes, dijo que en Ciudad Juárez tienen ubicados poco más de 60 centros de ese tipo, y en principio tienen detectados entre 12 y 13 que operan sin permisos. Hasta ahora, han sido cerrados 10 de esos lugares.
Algunos, sin embargo, ven con preocupación el cierre de centros en una ciudad donde el gobierno estima hay unos 135.000 adictos.
“Es peligroso que se satanicen los centros”, dijo a una agencia noticiosa internacional Alonso, un empleado de Ave Fénix A.C., otro de los centros de rehabilitación que operan en Ciudad Juárez.
“Lo más justo sería, en vez de cerrarlos, capacitarlos para que puedan funcionar bien”, dijo el hombre que evitó dar su apellido por una política del centro.
Javier, un adicto de 22 años, también expresó su preocupación.
“Hay centros de rehabilitación que realmente sí te dan el apoyo de corazón”, dijo el joven.
El gobernador de Chihuahua admitió que muchos centros han hecho una verdadera labor de rehabilitación, “pero hay otros que se han aprovechado de esta coyuntura para tener un velo protector y realmente en el fondo dedicarse a otras cosas”.
En Ciudad Juárez, los carteles rivales de Juárez y de Sinaloa se han enfrascado en los últimos meses en una batalla por controlar el mercado interno de las drogas y la ruta de trasiego hacia Estados Unidos, lo que llevó al gobierno federal a reforzar el despliegue de soldados y agentes federales en la zona.
La presencia en las calles de las fuerzas federales ha inhibido ataques y tiroteos que llegaban a registrarse en lugares públicos a plena luz del día, pero no ha detenido los asesinatos que entre enero y el 16 de septiembre de 2009 ascendieron a 1.647, con lo que se superó el récord de 1.607 homicidios atribuidos al crimen organizado en todo 2008 en Ciudad Juárez.
Para Belmonte, los crecientes asesinatos se explican por una nueva estrategia de los carteles.
“Es una guerra que se estaba dando en los mandos, en las cabecillas y por eso se daban enfrentamientos en las calles, en centros comerciales”, dijo.
“El operativo conjunto (de soldados y policías militares) inhibió esa lucha que traían en la vía pública de manera descarada, pero se fue focalizando en los barrios, cambiando su forma de operar de atacar ahora a las bases, a sus vendedores, a los encargados de las tienditas (puntos de venta de droga al menudeo)”, añadió el portavoz de Ciudad Juárez.