Surgido como un proyecto turístico ejidal en la década de los setenta, el Parque Vacacional Gogorrón continúa apegado a su función social de generar empleos para los habitantes de esta región y conservar las riquezas naturales.
Setenta familias dependen de este desarrollo –conformado por un balneario público, un hotel y zona de campamentos–, administrado de forma bipartita por los representantes ejidales y el gobierno del estado, informó Plácido Chávez, gerente del lugar.
El año pasado recibió a 150 mil personas y aunque la crisis y la contingencia sanitaria disminuyeron las ventas entre 20 y 30 por ciento, en los primeros diez meses del año ya se tenía el reporte de 131 mil visitantes en el balneario, mientras que el hotel y el campamento alojaron de diez mil a 12 mil personas.
“Gogorrón cumplió el 25 de octubre 35 años de operar. El atractivo de nosotros, aparte del servicio, es el agua termal, que alcanza hasta 42 grados centígrados y es propia para tratamientos de traumatismos, golpes, torceduras, convalecentes o simplemente para relajar.
“Contamos con 30 hectáreas, distribuidas en hotel, balneario, campamento, restaurante bar, salones para reuniones y un servicio de tina romana, el equivalente de baño de vapor de otras ciudades, pero con agua termal.”
Esa agua, aseguró, es la misma que se utiliza en todas las instalaciones, “para la preparación de alimentos, el mantenimiento, para el café, como agua fresca. Es reciclable y como está libre de químicos, sirve para el riego de las comunidades ejidales.
“Tenemos dos pozos, El Gringo y el San Isidro, con una profundidad de 20 metros y un espejo de agua de hasta 70 metros cuadrados.
“El hotel está segmentado en 42 habitaciones con cuatro opciones y diferentes precios, que van de mil 300 a mil 680 pesos la noche, en plan americano, doble, con alimentos incluidos.”
Plan maestro
Hace cuatro años se estableció un plan maestro de desarrollo para este centro vacacional, que prevé añadir 18 habitaciones al hotel, la construcción de otra piscina y una alberca de olas, así como un río lento y un lago artificial con restaurante.
El plan es de 12 años, pero la crisis económica afectó las ventas y posiblemente postergue algunos proyectos. En marzo de 2008 se inauguró la remodelación del parque, en la que se invirtieron más de siete millones de pesos.
Además de dar empleo a ejidatarios del Rosario, San Miguel y Villa de Reyes, se les entrega una participación directa de los ingresos.
Entre los más recientes atractivos, destaca una zona Acuática Extrema, en donde se ubica una torre de toboganes de 13 metros de altura.
Los visitantes son sobre todo de origen nacional, pero también tiene huéspedes de Europa, Asia y Estados Unidos.
Riqueza histórica
Villa de Reyes se localiza en la parte sur del estado, aproximadamente a 50 kilómetros de la capital potosina. En la parte noreste del municipio se encuentra la sierra de San Miguelito, con una altura de dos mil 780 metros, con grandes riscos y acantilados propios para el deporte extremo.
A mediados del siglo XVII se instaló en la región el minero de origen vizcaíno Pedro de Arizmendi Gogorrón, quien fundó la hacienda que hoy lleva su nombre.
De acuerdo con el cronista del municipio de Villa de Reyes, Cristóbal Martínez Maya, en 1906 el empresario Felipe Muriedas se estableció en Gogorrón y construyó todo un emporio agroindustrial en más de 35 mil hectáreas, todas con riego, mediante un sistema de presas que aprovechaba las aguas termales.
En 1936 fue decretada la creación del Parque Nacional El Gogorrón, en una superficie de 25 mil hectáreas.
Ahora el casco de la exhacienda se ha convertido en centro de reuniones y fiestas, así como en set cinematográfico de producciones como La leyenda del Zorro y Mina, viento de libertad. En el área de los pozos se estableció el centro vacacional