El acuerdo para solucionar la crisis política hondureña seguirá vigente aún cuando el derrocado mandatario Manuel Zelaya haya renunciado a ser restituido en el cargo, dijo el domingo una negociadora del gobierno de facto.
“Todo sigue caminando y seguiremos trabajando en esa ruta”, dijo a la AP la ex presidenta de la Corte Suprema de Justicia Vilma Morales, refiriéndose al acuerdo Tegucigalpa-San José. Morales representa en las negociaciones al presidente de facto Roberto Micheletti.
Al ser preguntada sobre si el anuncio formulado la noche del sábado por Zelaya, en el sentido de que renunciaba a ser restituido, tendría efectos sobre el acuerdo Tegucigalpa-San José _que se encuentra en el limbo_ Morales respondió que “con firmeza el acuerdo está vivo”.
Destacó que el pacto “fue suscrito entre las dos partes, es cierto que ha habido un acompañamiento del Departamento de Estado (de los Estados Unidos) y hemos empeñado nuestra palabra en ratificar el acuerdo”.
El acuerdo Tegucigalpa-San José fue firmado el 30 de octubre. No obstante, cinco días después fue considerado como un “fracaso” por el mandatario derrocado al rechazar que la conformación de un gobierno de reconciliación, uno de los puntos que estableció el consenso, fuese encabezada por Micheletti.
Además del gobierno de reconciliación integrado por representantes de diversos partidos políticos y de la sociedad civil, el acuerdo también incluye el reconocimiento de ambas partes a las elecciones presidenciales y que el Congreso, tras consultar con otras instancias, se exprese en torno a la restitución de Zelaya, derrocado por un golpe militar el 28 de junio.
Desde la embajada de Brasil donde se encuentra refugiado desde el 21 de septiembre, Zelaya leyó el sábado por la noche en la emisora de radio Globo una nota dirigida a Obama en la que reitera que para él el acuerdo quedó “sin valor ni efecto por incumplimiento unilateral del gobierno de facto”. También le informa que impugnará las elecciones presidenciales que se celebraran en Honduras el 29 de noviembre.
Asimismo sostiene que Washington “alteró” su posición inicial sobre Honduras.
En la misiva, Zelaya calificó como “ilegal” el proceso electoral porque, según dijo, “oculta el golpe de estado militar, y el estado de facto en que vive Honduras”. Dijo asimismo que el proceso no brinda garantías de igualdad y libertad de la participación ciudadana.
“Reafirmo mi posición que a partir de esta fecha cualquiera que fuera el caso yo no acepto ningún acuerdo de retorno a la presidencia de la república para encubrir este golpe de estado”, dijo al leer la misiva