El costo total del cambio climático en el mundo se calcula en alrededor del 20 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y para México se estima en alrededor del 6 por ciento.
Es notable la creciente cantidad de recursos que se destina para atender eventos extremos, como sequías, inundaciones, enfermedades, hambre, aumento de producción agrícola, entre otras.
Se considera que la temperatura de la Tierra aumentará gradualmente hasta cinco grados centígrados en los próximos 100 años, lo cual marcaría un escenario totalmente desfavorable para el planeta según señalan investigaciones del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
A escala global, los cereales serán de los cultivos más afectados. En México, la preocupación se centra en el maíz, el arroz y el café. Es por ello que investigadores nacionales advierten de la importancia de invertir en obtener más datos sobre los problemas puntuales que provocará el cambio climático en nuestro país.
El panorama no es muy optimista para naciones como México, debido a su ubicación geográfica. El calentamiento de la tierra afecta más a las regiones que de por sí tienen clima cálido y éstas difícilmente soportarán de manera sustentable el aumento de temperatura de tan sólo un grado centígrado.
Los que más resentirán los cambios del clima serán los pequeños productores quienes más sufran las consecuencias, pues se estima que para el año 2055 sus extensiones de tierra se reducirán hasta en diez por ciento.
Además, se prevé que para 2030 la sobreexplotación de acuíferos provoque que los distritos de riego dejen de ser económicamente viables debido al aumento en los costos de bombeo, lo cual afecta a muchos medianos y grandes productores de maíz.
Un aspecto relevante a considerarse es el efecto del bióxido de carbono en los suelos, que puede convertirlos en zonas fértiles para algunos cultivos si se encuentran en regiones frías o, por el contrario, convertirlos en áreas no aptas, en regiones cálidas. En este sentido, el IPCC advierte que los efectos del bióxido de carbono pueden provocar por ejemplo, reducciones de hasta 30 por ciento de suelos para cultivo en México y un incremento de 5 por ciento de suelos fértiles en Argentina