El Vaticano intentó el miércoles calmar su más reciente pelea pública con organizaciones judías al decir que la decisión del Papa de llevar a su antecesor Pío XII un paso más cerca de la santidad no es un acto en contra de quienes alegan que éste no levantó su voz contra el Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. En lo que se ha convertido un intento rutinario de conciliación, el Vaticano emitió una declaración en que dice que el papa Benedicto XVI siente gran respeto y aprecio por los judíos, idea que piensa subrayar al visitar la sinagoga de Roma el mes próximo.
El sábado, el Papa volvió a generar indignación de algunas organizaciones judías al firmar un decreto sobre las virtudes heroicas de Pío XII, lo que abre el camino para que éste sea beatificado si se confirma, según la creencia católica, que ha intercedido para que ocurra un milagro. Algunos en el judaísmo y entre los historiadores dicen que Pío XII, que fue Papa entre 1939 y 1958, debería haber hecho más para evitar las muertes de seis millones de judíos a manos de la Alemania nazi y sus aliados en la Segunda Guerra Mundial.
El Vaticano afirma que el pontífice hizo gestiones diplomáticas silenciosas para intentar salvar a los judíos y que haber hecho declaraciones públicas más frontales hubiera causado más muertes. Varias organizaciones judías criticaron la decisión del sábado y recordaron que le habían pedido al pontífice que demorara el caso hasta que los archivos del Vaticano sobre el papado de Pío XII se abrieran a académicos independientes. El Vaticano dice que esos archivos no estarán catalogados y listos hasta 2014 o más tarde.
El miércoles, el Vaticano dijo que la decisión del Papa no buscaba frenar la discusión sobre su antecesor, pero repitió que Pío XII mostró gran “atención y preocupación” por el destino de los judíos, “lo que está ampliamente establecido y es reconocido incluso por muchos judíos”.