Un ciudadano francés detenido en México desde noviembre pasado acusado de secuestro denuncia torturas de la policía mexicana, al tiempo que insiste en su inocencia y asegura que le persiguen por criticar el sistema carcelario del país.
“Soy inocente. Pueden condenarme a 60 años de cárcel por haber denunciado la tortura que sufrí”, declara en la edición de hoy del vespertino “Le Monde” Gilles Moreaux, un empresario marsellés de 46 años afincado desde hace ocho en México.
A esa condena se enfrenta el francés acusado de haber secuestrado a una amiga mexicana, Irianelly Miranda Domínguez, en septiembre de 2008.
Ambos fueron rehenes y ella aseguró a la policía mexicana la implicación de Moreaux en el secuestro, lo que llevó a su detención en Puebla el 21 de noviembre de 2009.
A partir de entonces comenzó su calvario, según relata a “Le Monde”.”Me taparon los ojos y comenzaron a golpearme durante horas. Me desnudaron y me echaron agua helada por el cuerpo y me amenazaron de muerte. Me metieron un trapo en la boca y la nariz y empezaron a echar agua hasta que llenaron mis pulmones. Creía que me ahogaba”, precisa.
Indica que en esas condiciones confesó el secuestro, un testimonio logrado bajo tortura sobre el que está basada la acusación, según sus abogados.
“Habría firmado cualquier cosa con tal de que eso parara”, agrega Moreaux.El francés denuncia irregularidades en el proceso, como la desaparición de un informe médico en el que se demostraba que había sido torturado.
Moreaux también denuncia las condiciones de detención que vive en México: “somos tres en una celda de 4 metros cuadrados sin ventanas. Duermo en el suelo con cucarachas y ratas, sin agua potable ni electricidad. Pero nada comparado al calvario que he sufrido”. El detenido pide ayuda a las autoridades francesas para que intercedan por su caso.
París ha solicitado en varias ocasiones la entrega de Florence Cassez, una francesa de 35 años condenada a 60 años de cárcel por tres secuestros y violencia organizada y que lleva cuatro años entre rejas en México