El Anti-Counterfeiting Trade Agreement (ACTA) es una propuesta para un acuerdo comercial plurilateral, según sus promotores, en respuesta al “incremento de los bienes falsificados y obras protegidas por copyright pirateadas en el mercado global”.
El ámbito de ACTA es amplio, incluyendo la falsificación de bienes físicos, así como la “distribución en Internet y las tecnologías de la información”.
En octubre de 2007, los Estados Unidos, la Comisión Europea, Suiza y Japón anunciaron que negociarían ACTA. Además, los siguientes países se han unido a las negociaciones: Australia, Corea del Sur, Nueva Zelanda, México, Jordania, Marruecos, Singapur, los Emiratos Árabes Unidos, Canadá.2 Las negociaciones de ACTA se llevan en secreto. El 22 de mayo de 2008 un documentado de discusión sobre el acuerdo fue filtrado a través de Wikileaks, lo cual fue seguido de múltiples noticias en los medios.
En un principio estaba planeado que las negociaciones concluyeran a finales de 2008,1 sin embargo en noviembre de 2008 la Comisión Europea afirmó que estas continuarían durante 2009.
En la siguiente ronda de negociaciones (la sexta) el anfitrión fue Corea del Sur, en Seúl, del 4 a 6 de noviembre de 2009.8 En la quinta ronda de negociaciones, en Marruecos en julio 2009, los participantes indicaron que su intención era concluir el acuerdo “lo antes posible en 2010”.9 Según Nueva Zelanda, ACTA establecería “un nuevo marco legal internacional” y “el objetivo de ACTA es poner un nuevo, y más alto punto de referencia sobre la aplicación de los derechos de propiedad intelectual al que los países se pueden unir voluntariamente.”
Términos y plazos similares aparecen actualmente en el borrador del tratado SECURE de la Organización de Aduana Mundial, y los críticos han argumentado que las previsiones de antievasión del Título I de la Digital Millennium Copyright Act era de igual modo aprobado después de políticas ocultas vía los tratados negociados a través de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.