La adolescente estadounidense Constance McMillen, 18 años, quien junto a sus compañeros de generación se encontraba sumamente emocionada por la realización de su fiesta de graduación de la Secundaria Agrícola del Condado de Itawamba en Fulton, Misisipí, vio frustradas sus ilusiones.
Su colegio determinó dar por cancelado el evento porque pidió autorización de acudir acompañada de su novia a tan importante logro.
Tras la negativa y la cancelación definitiva de la fiesta que se desarrollaría el 2 de abril, Constance ha recibido diversos insultos por parte de sus decepcionados compañeros, quienes la señalan como la culpable de que el baile no se fuera a llevar a cabo:
“Mucha gente dijo que iba a suceder, pero yo les dije que ya habían gastado demasiado dinero en la fiesta de graduación como para cancelarla. Un montón de chicos del instituto van a terminar odiándome por esto”, declaró la joven.
Por otro lado, la joven ya recibió el apoyo de la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU, en inglés), organización que le dio a la institución educativa el 17 de marzo como fecha límite para dar marcha atrás a sus postura discriminatoria:
“En nombre de Constance, esto es injusto para ella. Todo lo que está intentado es hacer valer sus derechos”, declaró Krist Bennett, directora legal de la ACLU, quien reprobó la actitud tomada en la actualidad dentro los bailes de graduación