El sacerdote católico irlandés Sean Brady dijo el lunes que no renunciará tras admitir que guardó silencio ante la policía aun cuando había ayudado a la iglesia a recabar pruebas contra un sacerdote abusador de menores.
Brady, sacerdote y abogado canónico del Vaticano, dijo que entrevistó en 1975 a dos menores en torno a las violaciones de que fueron víctimas a manos del reverendo Brendan Smyth.
Brady aseguró que ambos menores fueron obligados a firmar documentos en los que juraban que no contarían fuera de la iglesia las experiencias que habían sufrido.
Smyth acumuló un historial de acoso y violaciones de otros niños en Irlanda, Gran Bretaña y Estados Unidos, hasta que las autoridades británicas en la vecina Irlanda del Norte ordenaron su arresto en 1994.
El gobierno irlandés de la época colapsó en medio de las críticas en torno a por qué Smyth no había sido extraditado a Belfast.
Brady aceptó que recabó para la iglesia pruebas contra Smyth porque se le citó como acusado en una demanda presentada en Dublín por una de las víctimas.
Los abogados del caso revelaron registros de la participación de Brady en la recolección de testimonios de las dos víctimas irlandesas, un monaguillo de 10 años y una niña de 14, quienes dijeron que Smyth los había violado en 1970.
El historial de Smyth, que abarca 40 años de violaciones, salió a la luz en 1994.
Brady dijo el lunes que renunciará sólo si se lo pide el papa Benedicto XVI