El juez del Tribunal Penal de Milán, Oscar Magi, condenó a seis meses de prisión el pasado febrero a tres directivos de Google Italia por la divulgación en Internet de un vídeo con vejaciones a un joven con Síndrome de Down porque, según él, en la Red no vale todo.
Así consta en las motivaciones de la decisión de la Corte milanesa divulgadas hoy, en las que el magistrado asegura que no puede existir un “campo sin vallas en Internet donde todo esté permitido y nada pueda ser prohibido”.
El pasado 24 de febrero, el Tribunal de Milán condenó a David Carl Drummon, ex presidente del Consejo de Administración de Google Italia y actual vicepresidente senior; George de los Reyes, ex miembro del Consejo de Administración de Google Italia y actualmente jubilado, y a Peter Fleitcher, responsable para las estrategias de privacidad en Europa de Google.
A los tres se les hacía responsables de un delito de violación de la intimidad por la divulgación en 2006 de un vídeo que mostraba cómo el joven era insultado y objeto de mofa por parte de compañeros de un centro de formación de la ciudad de Turín.
La grabación, que permaneció colgada en “Google Video” durante dos meses a partir de septiembre de 2006, fue incluida en la categoría de vídeos más divertidos y había llegado al puesto número 29 en las imágenes más vistas.
El juez milanés considera que la información sobre las leyes de la privacidad que el usuario debe ver en la página inicial de “Google Video” estaba “tan escondida dentro de las condiciones generales que resultaba absolutamente ineficaz para los fines previstos por la ley”.
Dicha información sobre la privacidad, prosigue Magi, debe quedar muy clara para que el usuario que abre una cuenta en el servicio y sube los vídeos tenga presentes las violaciones de la ley que puedan producirse.
El juez del Tribunal Penal de Milán reconoce que el delito por el que ha condenado a los tres directivos de Google fue cometido “en parte” también en Estados Unidos, donde “indudablemente tienen la sede los servidores”.
Pero, según él, el caso podía juzgarse en Italia puesto que esa otra parte del delito fue cometida en una ciudad italiana