Nació en Alcalá de Henares, España, en 1604. Virrey de la Nueva España del 16 de septiembre de 1660 al 29 de junio de 1664. Murió en Guadalajara, España, en 1678.
Era Juan de Leyva y de la Cerda un noble provisto de títulos que daban fe de su hidalguía: conde de Baños, marqués de Leyva, marqués de Ladrada, señor de Arteaga y de Gamboa, caballero de la orden de Santiago y gentilhombre de cámara de su majestad el rey Felipe IV, quien apreciaba tanto a su súbdito que lo nombró virrey de la Nueva España, aun sin que éste contara con experiencia en materia de gobierno.
Corría el rumor de que el nuevo gobernante no era más que un instrumento de la corona que, necesitada de recursos, lo había enviado a explotar las arcas novohispanas a cambio de permitirle enriquecerse sin escrúpulos.
Gobernó de manera arbitraria y abusiva, lo que provocó varios levantamientos.
Las continuas quejas que el monarca recibía de la Nueva España comenzaron a subir de tono exigiendo, por salud del reino, la remoción del virrey.
Ante el creciente descontento, Felipe IV no tuvo más alternativa que destituirlo