Tres migrantes guanajuatenses murieron ahogados en el Río Bravo al ser objeto de una persecución de agentes de la patrulla fronteriza en territorio estadounidense, que los obligó a retornarse a las traicioneras aguas, en el cruce de Piedras Negras, Coahuila, a Eagle Pass, Texas.
Otros migrantes, padre y tío de dos de las víctimas sobrevivieron, siendo testigos de cómo la corriente arrastraba a sus seres queridos. Un migrante más, quien no regresó al río, fue detenido por la migra y encarcelado en la estación migratoria de Eagle Pass, por su condición de ilegal.
“La autoridad migratoria utilizó de más la fuerza, violando sus derechos y los obligó a retornar y desafortunadamente ocurrieron los decesos”, informó el secretario de Desarrollo Social del Estado, Miguel Márquez Márquez.
La semana pasada, los seis migrantes salieron en grupo del municipio de Santa Cruz de Juventino Rosas y el sábado por la noche ocurrió la tragedia.
“Una vez que se internaron en territorio americano, la noche del pasado sábado 19 de junio, fueron detectados por la Patrulla Fronteriza, lo que provocó que los siguieran, que se dispersaran en la zona, obligándolos a regresar por el Río Bravo, donde ocurrió el deceso de tres de ellos”, dijo el funcionario.
Sobrevivieron Arturo Carranza de 27 años y Raymundo Chavero de 46 años.
El Grupo Beta localizó los cuerpos de Humberto Roque Reilero, de 19 años de edad, Noé Raymundo Chavero Ontivero, de 16 años y el Ministerio Público notificó la muerte de Alejandro Soria López.
El gobierno del estado, conjuntamente con la cancillería mexicana, apoya jurídicamente a Everardo Guerrero Gómez, de 22 años, para que sea liberado de la estación migratoria.
Este día familias de las víctimas viajaron la frontera de Coahuila a reclamar los restos de Alejandro Soria y dialogarán con las autoridades consulares.
El titular de Desarrollo Social reprobó la agresión a los agentes de Migración de Estados Unidos, “es una violación flagrante de los derechos humanos, rechazamos este tipo de actos y vamos a darle seguimiento con las familias para ayudarles en lo posible”.
Esta es la segunda muerte masiva de migrantes originarios de Juventino Rosas en busca del sueño americano; en mayo del 2003 tres hombres murieron asfixiados en el interior del contendor de un tráiler en Victoria, Texas.