Mario Alberto Sierra
Cuando llegamos habÃa poca gente, como al diez para la cinco ya habÃa 5 mil o 6 mil personas, y cuando empezó el mitin a las 5:10 ya habÃa entre 8 mil y 10 mil asistentes. SentÃamos un ambiente raro y le sugerà al sargento Gama que nos moviéramos a una de las esquinas de la plaza, cerca del edificio Chihuahua.
Alrededor de la plaza estaban las tanquetas del 12 Regimiento de CaballerÃa Motorizada, que habÃan llegado de Puebla para el desfile del 16 de septiembre y que se quedaron en la ciudad. Escobar Alemany le contó después que desde esos vehÃculos se disparó indiscriminadamente contra la fachada del Chihuahua.
La plaza era una ratonera, y el edificio Chihuahua, la trampa. Le dije a Gama que nos colocáramos en la orillita. A las 6:10 vio salir las luces de bengala del helicóptero militar que ya llevaba su quinta ronda sobre la plaza. Salieron del helicóptero, fueron tres luces: dos verdes y una roja. Eran luces especiales que se sueltan y alumbran como un arcoiris. Nosotros no sabÃamos nada, no tenÃamos ninguna instrucción. Inmediatamente se escuchó un disparo y a la distancia no supimos de dónde venÃa, pero fue de pistola. Luego otros cinco o seis disparos.
Vi a un francotirador en el techo de la iglesia. Hubo otros disparos desde el edificio del ISSSTE. La imagen de la gente moviéndose era extraña, era como cuando el trigo se mece hacia donde lo lleva el viento. Asà se movió la gente buscando una salida en sentido contrario de donde venÃan los disparos.
Dice que al dÃa siguiente, 3 de octubre, se levantaron tarde porque no habÃan tocado la diana. No habÃa casi nadie en las instalaciones militares. Mientras estaban desayunando los llamaron para ordenarles que regresaran a Tlatelolco en el camión militar que transportarÃa a mediodÃa el rancho para los soldados.
[Al siguiente dÃa] ¿Qué vimos? Era como una zona de guerra. HabÃa un silencio especial, pesado, se podÃa agarrar. Le dije a Gama: â??¿Cuánto apuestas a que De Flon nos dice que por qué no estuvimos en el mitin?â?? Gama me dijo â??cómo creesâ??, pero dicho y hecho: Nos lo reclamó, como si hubiéramos tenido que estar muertos, heridos o detenidos para probarlo. Tuvimos que explicarle lo que nos pasó.
En la plaza habÃa basura, ropa, manchas de sangre tapadas con periódico, sangre aún fresca mezclada con agua. HabÃa llovido