La guayabera se convirtió en la prenda oficial de Cuba y deberá ser llevada por los funcionarios en las actividades protocolares.
Una resolución del Ministerio de Relaciones exteriores justificó la decisión pues “la guayabera ha estado vinculada durante mucho tiempo a la historia de nuestro país y constituye una de las más auténticas y legítimas expresiones de cubanía””.
Según la cancillería, la guayabera es ideal para el clima tropical y puede combinar comodidad y elegancia.
La resolución gubernamental indicó las características de las guayaberas masculinas que se usarán en las ceremonias y actos: color blanco, cuello clásico, alforzas al frente y la espalda, aunque se admitirá de que sea de cualquier tipo de tejido.
También para las mujeres se usará una variante femenina de esta prenda pero podrán ser de color variado aunque manteniendo los bolsillos en la parte de adelante e hileras de alforzas.
Aunque los orígenes de la prenda se pierden en la historia de la colonia, algunas versiones cuentan que tiene su lugar de nacimiento en los márgenes del río Yayabo a comienzo de siglo XVIII en la central región de Sancti Spíritus, donde familias andaluzas y canarias comenzaron la confección de unas camisolas cómodas de telas de lino con bolsillos grandes apropiadas para el trabajo.
Una versión oral también insinúa que su nombre en realidad obedece a la idea romántica de los campesinos de llevar guayabas para obsequiarlas a sus enamoradas.
La guayabera tiene además un valor histórico para Cuba, pues los independentistas isleños solían llevarla como símbolo de rebeldía y el primero en hacer ondear una bandera, el prócer Narciso López vestía una al momento de enarbolar la enseña tricolor en mayo de 1850.
Los líderes cubanos la lucieron habitualmente a lo largo del siglo XX y el propio Fidel Castro cambió su histórico uniforme verde olivo por una de estas prendas a comienzo de la década los 90 para asistir a eventos internacionales.
Recientemente se inauguró un Museo de la Guayabera en Sancti Spíritus, a unos 350 kilómetros de La habana, donde hay un centenar prendas de este género de personalidades como el escritor Gabriel García Márquez, el propio Fidel Castro, del mandatario venezolano Hugo Chávez y su colega brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva.