El minero Mario Sepúlveda, el segundo en ser rescatado de las entrañas de la mina San José, ilustró la experiencia vivida estos dos meses bajo tierra afirmando: “Dios y el diablo me pelearon y ganó Dios”.
“Siempre supe que me iban a sacar, siempre tuve fe en los profesionales que hay en Chile y en el Gran Creador”, confesó Sepúlveda dos horas después de que la cápsula “Fenix” le izara hasta la superficie desde los 622 metros de profundidad donde aguardaban los 33 trabajadores desde el accidente hace 70 días.
Acompañado de su mujer y sus hijos, Sepúlveda, conocido por sus dotes de animador y su talante dicharachero cuando grababa en vídeo a sus compañeros de encierro, declaró a TVN que estaba “supercontento” de que le hubiera tocado vivir esta experiencia.
“Era el momento de hacer cambios, este país tiene que entender que hay que hacer cambios”, manifestó en alusión a las condiciones de inseguridad en que se desarrolla la actividad minera en las pequeñas y medianas empresas.
Sepúlveda, que pidió introducir cambios en materia laboral, señaló que “los empresarios tienen que dar las armas para que los mandos medios hagan cambios”.
“No podemos quedar así bajo ningún punto ni circunstancia”, insistió Sepúlveda, quien elogió la gestión realizada por “el gran gobierno” de Sebastián Piñera y que ha desembocado en el éxito de la operación de rescate.
“Confío mucho en las cosas que él (Piñera) hace, aparte de ser un empresario muy exitoso, se merece estar donde está porque la riqueza se la ha ganado con esfuerzo, con perseverancia”, añadió.
A pesar de que algunos medios locales han destacado su grandes dotes de comunicador, Sepúlveda dijo esta noche que no se le ha pasado por la cabeza dedicarse a una actividad profesional distinta de la que ha desarrollado hasta ahora.
“No quiero que me traten como artista ni como animador, sino como el Mario Sepúlveda minero. Nací para morir amarraito al yugo”, afirmó.