Gracias. Le deberán decir a Lula da Silva sus gobernados por él desde el 2003. Este ex obrero de la metalurgia y ex lÃder sindical, aguerrido contendiente a la presidencia de su paÃs, que hasta la cuarta ocasión de intentar llegar a la presidencia se le hizo realidad, y leal protagonista del ala izquierda latinoamericana, ve llegar su mandato al final.
Ayudado por programas de subsistencia popular que él ha implementado, como la llamada â??Bolsa Familiaâ?, ha llevado un ingreso fijo a familias en condiciones de pobreza extrema, aunado a la creación de empleos en todo el paÃs más que en ningún ciclo presidencial anterior.
Brasil, otro de los hermanos BRIC´s (Brasil, Rusia, India y China), he demostrado que tiene por qué estar ahà y en otros grupos de renombre mundial como el G-20 y muy cerca de lograr un asiento como miembro permanente en la ONU. Goldman Sachs, creadores de este acrónimo, señalan que los BRIC´s manejan ya el 20% del PIB mundial; 25% del territorio mundial, y 40% entre los cuatro de la población total en el mundo.
Con una economÃa en el puesto octavo a nivel global, los cariocas se preparan a ritmo de samba a organizar dos acontecimientos de clase mundial que le dará más vitrina ante los ojos del mundo, el Mundial de Fútbol en 2014 y los Juegos OlÃmpicos en 2016, en RÃo de Janeiro. La gente ya sabe dónde está Brasil, gracias a los esfuerzos y buenos manejos de la polÃtica de Lula, ese labrador de origen humilde que creó su propio partido (Partido del Trabajo) y no dejó de luchar hasta que consiguió ser el mandatario del ahora â??Gigante de Sudaméricaâ?.
Brasil es la mayor economÃa de Latinoamérica y segunda del continente americano. Sus mayores socios comerciales son China, Mercosur, Estados Unidos y la Unión Europea. Y bien visto por el FMI, Banco Mundial, Organización Mundial de Comercio y Unasur.
Produce el 80% del petróleo que consume, primer productor de café mundial, primer productor de ganado bovino. Gran generador de piedras preciosas, de materias primas y productos manufacturados, tales como televisiones, teléfonos celulares, automóviles y aviones.
Para que el crecimiento tan acelerado pueda seguir como lo ha mantenido Lula, su sucesora, que se sabrá todo parece indicar en la segunda vuelta de elecciones el 31 de octubre, la ex guerrillera y compañera de su partido, Dilma Rousseff, primero tendrá que ganar y después seguir el plan trazado desde finales de la década de los 90´s por el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, quien gracias a ese Plan Real, aparte que se han disminuido las inflaciones tan elevadas de ese entonces, Brasil pinta para ser una potencia económica en no más de veinte años, que en términos de dinero y polÃtica, veinte años no es nada.
Asà también, Brasil debe ponerse a elaborar un plan que ataque su atraso en sus infraestructuras carreteras, ferroviarias, aeroportuarias, de puertos, verificar la posibilidad de construir trenes de alta velocidad y sobre todas las cosas, atacar la corrupción polÃtica, la violencia que aún no acaba en las zonas aledañas a las grandes ciudades y la pobreza que existe y todavÃa es mucha, asà como la educación de sus niños y jóvenes.
Petrobras, la petrolera de Brasil, acaba de colocar en estos dÃas acciones en el mercado accionario internacional por la vibrante suma de 71 mil 500 millones de dólares, posicionándose en el sexto lugar de empresas a nivel de valor de mercado en el mundo. Esta empresa, que el control lo tiene el Estado y que acepta inversión extranjera y trabaja con las petroleras más importantes del mundo sin perder un ápice de soberanÃa, se dedica a la exploración en aguas ultra profundas en el mar ( 400 mts.) de petróleo y gas natural, producción, refinación, comercialización de distribución de petróleo, gas y sus derivados; y generación, transporte y distribución de energÃa eléctrica.
La sucesora de Lula tiene la gran responsabilidad no de ser tan carismática como este ex lÃder sindical, sino efectiva y aplicada a la ruta que él ya le trazó