Toyota compró en secreto a consumidores estadounidenses los vehículos que descubrió que tenían defectos en el control de velocidad como parte de una estrategia para ocultar problemas de aceleración no intencional a los encargados de seguridad, afirma una demanda.
Las transacciones de compra incluyen estrictos acuerdos de confidencialidad que prohíben a los consumidores revelar el problema a cualquiera e impiden demandar a la automotriz, según una demanda colectiva corregida.
El nuevo recurso también cita registros internos de la compañía que documentan instancias en las que técnicos o gerentes de servicio de Toyota Motor Corp duplicaron los problemas de control de seguridad como los reportados por los clientes.
Y dice que la confirmación de la compañía de que al menos un caso claro de aceleración no intencional fue ocultada en lugar de informar a las autoridades de seguridad automotriz federales.
iLa nueva demanda, ahora con más de 700 páginas de extensión ás cientos de páginas de pruebas adjuntas, fue presentada el miércoles ante la Corte de Distrito de Santa Ana en California, en el sur de Los Angeles.
Se suma a un caso consolidado durante el verano de decenas de consumidores y negocios que reclaman pérdidas económicas, incluido un valor de venta reducido del vehículo, que se deriva
de las quejas contra los vehículos y camiones de Toyota que pierden el control de la velocidad.
El centro de la demanda es que Toyota ignoró evidencia de los problemas de control de velocidad en sus vehículos durante la mayor parte de la última década y no instaló un sistema de frenado que sabía que podría haber ayudado a evitar accidentes.
Toyota reconoció en un comunicado el jueves que compró vehículos a clientes que se quejaron de aceleración no intencionada, pero lo hizo para “realizar más análisis de ingeniería” en los vehículos.
Sin embargo, la compañía dijo que sus técnicos nunca pudieron duplicar los “problemas de aceleración ni hallaron ningún tema o condición relacionada en esos vehículos”.