La orden de captura del fundador de la página web WikiLeaks, Julian Assange, para ser interrogado en Suecia por supuestos delitos sexuales, puede ser “una maniobra política”, según indicó hoy su defensa.
Mark Stephens, el abogado en el Reino Unido del director del portal, señaló en un programa del canal público británico BBC que “sin duda” luchará contra la posible deportación de su cliente a Suecia por temor a que sea extraditado a Estados Unidos, donde algunos políticos han llegado a pedir la ejecución de Assange.
El letrado indicó que el portal, que la pasada semana tuvo que trasladar forzosamente su servidor a Suiza tras ser retirado de las compañías de internet estadunidenses, estaba siendo objeto de “un enorme número de ciberataques”.
Assange, que según los medios británicos se encuentra en el Reino Unido, es requerido por la justicia sueca por supuestos delitos sexuales presuntamente cometidos el pasado agosto en Suecia, donde pronunció varias conferencias sobre su actividad en WikiLeaks.
El Tribunal Supremo de Suecia decidió hace tres días no estimar un recurso a la orden de captura emitida contra Assange por una corte sueca, por lo que continúa vigente la orden de búsqueda internacional dictada contra él por Interpol.
Las autoridades suecas enviaron a la Policía británica una nueva orden de captura contra el fundador de WikiLeaks, complementaria a una primera, que incluía matizaciones necesarias de acuerdo con la justicia de este país para poder proceder a la detención de Assange.
La primera orden incluía sólo una especificación sobre la pena máxima de cuatro años que el director de la página web podía recibir por el delito más grave del que está acusado, el de violación.
La nueva orden contiene especificaciones de penas máximas para los otros delitos.
Stephens reiteró hoy a la BBC que la fiscalía sueca sabe dónde se encuentra su cliente y les instó a llamarle para hablar del caso.
“(El asunto) Es bastante extraño, porque el fiscal sueco abandonó todo el caso contra él en septiembre (…) y unas semanas más tarde, -tras la intervención de un político sueco- un nuevo fiscal, no en Estocolmo, donde se encontraba Julian y esas mujeres, sino en Gotenburgo, comenzó un nuevo caso que ha resultado en estas órdenes y en la notificación de la Interpol”, observó el abogado.
Según la defensa de Assange, la orden de detención “parece una maniobra política”.
Stephens recordó que tanto él como sus abogados en Suecia habían tratado de contactar con la fiscalía sueca desde agosto y que su cliente había tratado de “limpiar su nombre”.
Preguntado si Assange temía por su vida, su representante legal consideró “interesante que gente que se encuentra en un lugar tan elevado en el árbol americano, como es Sarah Palin, haya pedido a las fuerzas americanas que le busquen como si fuera un talibán y que le asesinen”.
Recordó que el fundador de WikiLeaks “es un periodista” y que con este proceso se estaba “criminalizando la actividad periodística” y reconoció que estaba “bastante preocupado por los motivos políticos que parecen estar detrás de esto”.