Los narcotraficantes mexicanos han logrado extender sus tentáculos por Europa, y es aquí, en concreto en España, donde cada vez son más poderosos, tienen más gente trabajando para ellos e intentan introducir más droga y lavar mayores cantidades del dinero obtenido con su venta.
Cifras de diferentes entidades oficiales españolas como el Ministerio del Interior, la Guardia Civil y de Instituciones Penitenciarias, entre otras, dan cuenta del crecimiento de las operaciones de las mafias mexicanas en territorio ibérico.
Es tal su campo de acción que incluso están reemplazando a los narcotraficantes colombianos en el negocio de la cocaína, como lo demuestra el que en España, puerta de entrada a Europa, las detenciones de capos mexicanos y las incautaciones de droga y dinero se hayan multiplicado en los últimos años.
Hay un dato que refleja el aumento de bandas delictivas mexicanas: el número de presos mexicanos en cárceles españolas, acusados de tráfico de drogas, ha pasado de dos, en 1998, a 302 en la actualidad, según datos de Instituciones Penitenciarias (organismo dependiente del ministerio del Interior).
De los cautivos, 98% está en prisión por delitos contra la salud, es decir, tráfico de drogas, y cumple una condena promedio de nueve años y medio.
A ello se suma el hecho de que las incautaciones de cocaína en España se multiplicaron por 10 en apenas cinco años, pasando de 6 mil kilogramos en 2000, a casi 50 mil en 2006.
Fue en 2005 cuando la Policía y la Guardia Civil desmantelaron una de las mayores redes de narcotraficantes mexicanos, gracias a la llamada Operación Tacos, con la que seis mexicanos y dos colombianos fueron detenidos por pertenecer a una banda dedicada al lavado de dinero procedente de la droga. Se les incautaron 12.6 millones de dólares en efectivo y dos toneladas de cocaína procedentes de México.
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