Beatriz González Rubín
Desde hace ya varios años se habla del fin del mundo en el año 2012, especialmente las predicciones de los mayas considerados como la cultura más avanzada entre los prehispánicos. Poseedores de avanzados conocimientos astronómicos y astrológicos, sentencian que el fin del mundo llegará el 21 de diciembre del 2012.
Personalmente no estoy convencida de esta profecía apocalíptica como tal, dudo que la tierra explote en mil pedazos o que un evento catastrófico acabe con nosotros.
Pero es un hecho de que el mundo se está modificando, la conciencia de los seres humanos no es la misma y grandes cambios se empiezan a cocinar en todos los rincones del planeta.
Y para muestra basta un botón, bastante grande creo yo. Las dictaduras eternas se acaban, en Egipto decenas de miles de egipcios exigieron la salida de Hosni Mubarak después de una eterna dictadura de 30 años; en Túnez tras 23 años de mandato el presidente Zine el Abidine Ben Ali abandono el país ante la imposibilidad de frenar las protestas; en Argelia se busca la democratización del régimen, en Libia cientos de opositores luchan contra el régimen opresor de Muamar Gadafi. Estos son sólo algunos ejemplos del cansancio de la población y en especial de los jóvenes que buscan cambios, democracia, justicia social, igualdad y mejores condiciones de vida.
La conciencia social está invadiendo el mundo, la gente tiende a cambiar, quiere cambiar, busca un mejor futuro, no es fácil pero si inevitable.
Es necesario preguntarnos cuanto tiempo falta para que esos cambios se empiecen a dar en México y no por parte del gobierno, sino por la sociedad descontenta de la violencia, la falta de oportunidades y la necesidad de una vida mejor.
Somos afortunados por el país donde nos toco vivir, somos una raza noble, aguantadora y sensible. Deseo desde lo más profundo de mi corazón que la violencia social que reina en algunas partes del mundo no nos golpee tan fuerte. Espero que el cambio sea más suave y menos doloroso, anhelo que la guerra por el narcotráfico deje de lastimar a mi pueblo y que México entero se comprometa en un cambio que nos permita evolucionar, avanzar a ese futuro que se presenta como incierto y a ratos amenazador.
Ojala que 2012 traiga cambios y que el mundo tal como lo conocemos desaparezca, para dar paso a un nuevo planeta en donde la palabra desigualdad quede desterrada por siempre de nuestras mentes.