Quizá a usted no le parezca hacker, pero lo es. Se llama Kristina Svechinskaya y es rusa, vino a los Estados Unidos a trabajar y enviarle dinero a su madre, hoy esta presa.
¿Qué hizo?
Con unos amigos intentaron robar millones de dólares de bancos norteamericanos a través de engatusar a clientes con un programa troyano. Su fortuna personal es de tres millones de dólares. Ustedes dirán si siguen creyendo que los hackers son estereotipados como nerds de biblioteca.