Como en los tiempos actuales existe la diferencia entre lo bueno y lo malo.
Sucede que para Estados Unidos, la dualidad existe desde lo más alto de poder.
Podemos situar a varios líderes de estado que han servido en algún momento a los intereses norteamericanos y que luego desechan con la mayor facilidad, aduciendo que Estados Unidos es el defensor de los valores universales.
Así tenemos el caso de Saddam Hussein, que estaba siendo armado por Estados Unidos en su guerra contra Irán, en la década de los ochentas.
De hecho, George Bush Padre, cuando era director de la agencia central de inteligencia (CIA) llevo personalmente una carta en los tiempos del presidente Ronald Reagan, en la que el presidente Reagan se apersonaba como su amigo y como los amigos, se ayudan, la carta acababa con la pregunta:
¿En que podemos ayudarle?
Así se buscaba contener el radicalismo religioso y armado del Ayatolá Jomeini, pero no era directamente Estados Unidos quien libraba esta guerra, era Hussein con sus soldados iraquíes los que armados y con información de inteligencia norteamericana, movían los hilos.
Quien le diría a Hussein que años después el mismo George Bush, le sostendría una guerra de la cual, las sanciones económicas serian tales que simplemente sumieron a la “moderna” Mesopotámica en lo que hoy es la pobreza y desolación de Irak.
Claro, mucho provocado por Estados Unidos.
Otro ejemplo es el de Noriega en Panamá, al que se le concedía operatividad en el pequeño país y hasta introdujera algún porcentaje de la droga que en Estados Unidos se consumía a cambio de tener bien a bien esa estratégica zona que es el istmo del continente y, la operatividad comercial y estratégica de pasar buques de gran calado de un lado a otro en horas.
Cuando dejo de servir a los intereses de Estados Unidos, sencillamente se le derroco y fue conducido a Norteamérica como uno de los criminales más peligrosos del mundo, para que, al ser así tratado no develara nombres, cifras y acuerdos de los que estaba enterado.
Pero mas que una clase de Historia, el post de hoy lo llevo a vaticinar el futuro en desgracia de un aliado de Estados Unidos, por hasta el momento siete años, mas quizá un par que le resten.
Hablo del General Pervez Musharraf, de Pakistán.
Y es que acaban de pasar elecciones para el congreso y el partido de Musharraf simplemente perdió escandalosamente, llevándose el triunfo los dos partidos mas opuestos al régimen del presidente y que, son de corte fundamentalista.
Aunque Estados Unidos habla y reconoce que las elecciones fueron limpias y hay que respetar los resultados, no sabe que sino tiene cuidado y protege y apoya a su dictador “amigo”, Pakistán podría caer en manos de los Talibanes que en la zona tribal están escondidos y combatiendo a norteamericanos y soldados de Musharraf.
¿Como?
Si, los dos partidos contrarios a Musharraf que mas escaños en el congreso obtuvieron, son de corte islamista y, pudieran aprovecharse de ellos los miembros de Al Qaeda o del Taliban.
Aunque, si bien no les alcanza a ambos partidos para poner en juicio político a Musharraf, si se convocara a crear un nuevo gobierno en donde ellos, querrán una buena tajada.
Ahora que si a Estados Unidos le ha dejado de servir Pervez Musharraf, el fin será mas rápido; el grave problema que enfrenta el presidente esta dividido en dos.
El primero, ser un dictador que llego vía golpe de Estado al poder e inmediatamente decir será todo para bien y temporal.
Así ya lleva ahí casi una década y, poco a poco se le deja de creer.
La segunda parte fue la alianza que hizo con Estados Unidos para desde territorio Pakistaní, atacaran a los Talibanes del vecino Afganistán y así, se metió con el terror no solo de los fundamentalistas islámicos, sino también con el estado de terror del hombre mas buscado, Osama Bin Laden.
Ya ha escapado en un par de ocasiones a la muerte, puede acabársele la suerte (aunque me lea amenazante estilo película, pero es la verdad)
así es como Estados Unidos ha protegido y armado también a Musharraf, habrá que ver si aun le sostiene.
De hecho, y con motivo de la situación que revela al mundo la renuncia de Fidel Castro a la dirigencia del gobierno me acuerdo cuando en la década de los sesentas, alguien le dijo a Henry Kissinger, considerado uno de los analistas políticos internacionales mas inteligentes de la Historia, que le hacían referencia a un dictador latinoamericano que Estados Unidos protegía con la frase “es un hijo de puta” a lo que Kissinger respondió “si, pero es nuestro hijo de puta”.
La política real en su máxima expresión, dicha no por un político, sino un catedrático en política exterior.
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