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Que difícil arranque de la reunión del Grupo de los 20 tuvo lugar en la víspera del 2 de Abril.

Les platico, aun cuando ya primeros ministros y mandatarios se encontraban cenando en la casa que habita Gordon Brown, no lograban durante esa noche limar las diferencias entre Estados Unidos y Gran Bretaña de un lado y Francia y Alemania, de otro, en torno a medidas para una regulación financiera internacional.

Reino Unidos y Estados Unidos, hablaban de un sistema económico un poco más serio y fuerte en el castigo de excesos como los que hemos venido viendo, por ejemplo Madoff, Stanford, Lehman Brothers, etc. pero, los teutones y galos, que traen en este momento la voz cantante en la unión europea, propugnan que sea más estricta y acciones firmes contra los paraísos fiscales, en lugar de simplemente renovar sus promesas de que harán eso.

Ya se desean ver acciones concretas en la realidad, mas allá de buenas intenciones, al grado que Ángela Merkel y Nicolás Sarkozy hablaban de no firmar el acuerdo final de la reunión anual del G20 sino se llegaba a un acuerdo real y pragmático.

Y es que por primera vez en las cumbres del G20, mientras los mandatarios cenaban a todo lujo, a las afueras de la zona de primer cordón de seguridad, miles de manifestantes protestaban en Londres contra el sistema económico al que responsabilizan de la crisis y de haber sumido en la pobreza a millones de personas en todo el mundo.

¿Y saben qué?, culpan directamente a Estados Unidos de todo esto, que en verdad tiene y mucho de cierto, pero las demás naciones poderosas y economías emergentes tienen el problema de que sus banqueros y financieros han caído en la tentación de ganancias rápidas con responsabilidades cortas.

Por si fuera poco, hay acuerdo en la necesidad de eliminar los paraísos fiscales, de controlar las agencias de calificación y de establecer una contabilidad más transparente y real confiable y seria sobre dónde y cuanto es el monto del dinero que tienen gobiernos y bancos, así evitando dar sorpresas.

No obstante, Francia y Alemania discrepan todavía de la propuesta estadounidense de adoptar nuevos estímulos fiscales para relanzar la economía, al considerar que ya se han dado los pasos necesarios, sin la intención de ver salir de la bolsa de sus ciudadanos, dinero para empresas y bancos que pudieran pasarlo mal.

De hecho Opel, parece que quebrara de forma controlada ante la negativa de querer Ángela Merkel el dar dinero en un rescate que se calcularía superior a los 3 mil millones de euros.

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