En el otoño del 2011, individuos armados que se movilizaban en una camioneta secuestraron a Gámez y a sus dos hijos menores. Los retuvieron 12 días.
“Susana se quedó sola”, relató la madre. “Pensaba que se había quedado sin su familia, que nosotros ya no íbamos a volver”.
Gámez fue liberada junto con su otra hija para negociar el rescate de su hijo, quien fue liberado tres semanas después.
Incluso hoy Gámez se muestra renuente a hablar del tema. ¿Quiénes la secuestraron? Gámez se encoge de hombros. Tal vez una banda rival.
Gámez mudó a su familia a Culiacán, un sitio un poco más seguro, y al año siguiente Susy comenzó a prepararse para su concurso más grande, el de Nuestra Belleza Sinaloa 2012, a realizarse en junio. La vencedora no solo es fotografiada y ofrece numerosas entrevistas y gana más de 2.000 dólares en ropa, sino que se clasifica para el concurso Nuestra Belleza México, cuya ganadora viaja a Miss Universo o Miss Mundo.
Catorce mujeres se inscribieron. La directora de operaciones de Nuestra Belleza México, Ana Laura Corral, llegó desde la capital para supervisar el concurso y hacer videos de las concursantes. Ella y Lupita Jones, la primera mexicana elegida Miss Universo, seleccionaron a Susy y a otras siete muchachas.
Un día después de que se publicasen sus nombres, en la página oficial de Facebook de Miss Sinaloa apareció una nota que decía: “En Guamúchil todos sabemos que Susana Flores anda con un gatillero (pistolero o integrante del narcotráfico) llamado Iván, le apodan El Cholo. Ha matado a muchísima gente. Pregunten en Guamúchil a quien sea”.
El coordinador del concurso de Sinaloa no prestó importancia a esos comentarios, los cuales describió como “chismes”. Pero Susy no quedó ni entre las cuatro primeras esa noche del concurso.