Para quienes no lo sepan, es la Inversión Extranjera Directa la primera fuente de confianza que tiene un país como economía emergente o del segundo o tercer mundo, como ustedes quieran llamarle.
Es esta Inversión Extranjera Directa la que permite que México tenga cada vez más capacidad de generación de empleos y claro, muestre su solides como economía al poder brindar espacio a negocios y empresas extranjeras que se suman al tamaño del Producto Interno Bruto y proyectan al extranjero algo, que atrae cada vez más a más y más empresarios para que vean nuestro país.
Pero de acuerdo a una serie de análisis que se hacen y se muestran en torno a lo que son las actividades reservadas únicamente al Estado, hacen que algunos empresarios en el ramo se sientan decepcionados y busquen mejor otros horizontes para invertir.
O sea, estas actividades únicas del Estado Mexicano solamente limitan la Inversión Extranjera Directa y no permiten cierta detonación económica financiera laboral y social en nuestro país.
Pero se busca que en este sexenio, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto; al menos el sector de los hidrocarburos y el de la generación y venta de energía eléctrica, lo que permitiría que México tuviera suficiente producción de energía que no solo satisficiera al mercado interno sino quizá pudiera vender a los países vecinos.
Veamos cuando llegue el momento del debate en cuanto a la reforma energética pero por el momento, la Inversión Extranjera Directa se siente limitada en México y eso, no habla nada bien de nuestro país.