La procuraduría michocana reveló que Arquímides Oseguera Solorio, alcalde de Lázaro Cárdenas, y Omar Alejandro Soto Gil, su tesorero, cobraban cuotas a constructoras que eran licitadas, y dicho dinero terminaba en manos de sus jefes criminales.
El responsable de las finanzas municipales reconoció haber participado como gestor para el cobro de cuotas a empresas.
Existen, además, imputaciones contra el edil con relación a su probable responsabilidad en el secuestro de un joven, cuyo paradero hasta el momento se desconoce.
Alcaldes que trabajan para el narcotrafico, el lado miserable de la política.