Poner un límite de gasto es la mejor manera de iniciar el Presupuesto Base Cero (PBC) o Presupuesto 2016, esquema con el cual se elaborará el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2016, estimó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Argumenta que el poner un “techo de gasto” permitirá iniciar la evaluación de los programas del presupuesto para eliminar o reducirlos selectivamente.
“Incluso hay instituciones y secretarías que podrían fusionarse, ese es el verdadero reto. Este es finalmente el espíritu del PBC o Presupuesto 2016”, considera el organismo de investigación y análisis del sector privado. En su publicación semanal, sostuvo que la mejor manera de iniciar el PBC es poner un límite al gasto por entidad y que con esto inicie la evaluación de los programas, proceso mínimo de eficiencia.
Estima que esto hará más eficiente el gasto y podría abrir la puerta de una reforma tributaria que estimulará la inversión y la creación de empleo, en lugar de limitar el ingreso de los hogares.
“El fin principal es propiciar un balance equilibrado de las finanzas públicas, una deuda sustentable y fortalecer las fuentes de ingresos ajenas al petróleo”, subraya. De acuerdo con cálculos del CEESP, 65 por ciento del gasto total es susceptible de modificación en el proceso de Presupuesto Base Cero, porcentaje que proviene de considerar que el gasto no programable y el gasto en pensiones y jubilaciones como compromisos ineludibles.
Esta cifra, estima, podría considerarse robusta y suficiente para llevar a escrutinio, sobre todo cuando al interior de cada programa existen rubros de los que se puede prescindir sin afectar el objetivo principal del mismo y sin la necesidad de lidiar con cambios legales.
“De hecho, se debe hacer esfuerzos para lograr que aumente el porcentaje de gasto que pueda ser ajustado o reversible. No podemos darnos por vencidos. No se vale justificar, la inercia y los compromisos del pasado”, subraya. El CEESP sostuvo que es más sano apoyar la visión de que prácticamente todo el presupuesto podría estar en posibilidades de ser modificado, a pesar de sus anclas legales, “no podemos aceptar que algo cambie para que todo siga igual”.
Explica que la mecánica del Presupuesto Base Cero se basa en un análisis costo-beneficio de todos los recursos que se asignan, y así eliminar el dispendio de recursos y el comportamiento inercial del presupuesto.
Si bien lo ideal para México sería consolidar en el corto plazo un Presupuesto Base Cero o Presupuesto 2016, “es claro que dada las condiciones de flexibilidad del gasto en México, es poco probable consolidar un mecanismo de este tipo en el corto plazo”.
No obstante, aclara el organismo, esto no quiere decir que no se pueda lograr importantes economías en la asignación de los recursos.
Lo que sí es fundamental, plantea, es la revisión exhaustiva de todos los programas del presupuesto, ya que esto arrojaría información valiosa para determinar si es factible una reducción del gasto, independientemente de la relación con leyes o compromisos adquiridos.
Conocer si los programas de gasto se duplican, son ineficientes, regresivos o no tienen una rentabilidad social que los justifique, permitiría eficiencias importantes en el gasto, e incluso podría facilitar el cambio de leyes para lograr una mayor flexibilidad de ajuste, argumenta.
En su opinión, “no hay duda de que un presupuesto base cero es una excelente opción, pero dadas las condiciones inerciales y de flexibilidad en México, no es fácil considerar que se pueda consolidar para el próximo año, incluso en este sexenio”.
No obstante, es perfectamente factible iniciarlo y tener el compromiso de continuarlo permanentemente, y la mejor opción es fortalecer los esfuerzos en materia de evaluación del desempeño de los programas, mayor eficiencia en el gasto corriente y un mejor ejercicio de los recursos destinados a inversión productiva, añade.