La impaciencia de los afectados por el sismo del pasado fin de semana en Nepal continúa creando protestas en la capital Katmandu, debido a la lentitud con que llega y se reparte la ayuda.
Mientras tanto, organismos de apoyo señalaron que bolsas para transporte de cadáveres, lonas, suministros médicos y alimentos son los artículos que más necesitan en las zonas afectadas.
En esta capital unas 200 personas bloquearon el tráfico en protesta por la lentitud de la entrega de la ayuda, bloqueo que llevó a enfrentamientos con la policía.
Funcionarios nepaleses admitieron que habían cometido errores en su respuesta inicial, pues dejaron a sobrevivientes varados en aldeas remotas en espera de ayuda, mientras evaluaba los daños.
El movimiento de 7.8 grados que estremeció la zona del valle de Katmandú en el centro de Nepal, ha dejado hasta ahora cinco mil 093 muertos y 10 mil 194 heridos, señaló el Centro Nacional de Coordinación de Emergencias en su reporte oficial más reciente.
Otras 72 personas murieron en India como consecuencia del terremoto, mientras que en China se informó de 25 decesos.
Se necesitan más bolsas para los cadáveres que se recuperan de edificios derrumbados, señaló un representante de la plataforma singapurense para evaluar emergencias SEED.
Aldeanos aislados carecen de alimentos y agua potable, los hospitales están escasos en suministros médicos y muchas carreteras están bloqueadas por los deslizamientos de tierra.
Las operaciones de rescate se reanudaron este miércoles tras el mal tiempo, con el apoyo de equipos internacionales.
Muchas personas duermen a la intemperie porque sus casas están destruidas o no se sienten seguros dentro de los edificios en medio de continuas réplicas.
Miles de personas hacen fila para subir a autobuses y salir de la capital, en medio de temores de nuevas réplicas, y el gobierno da transporte gratuito a quienes pretenden regresar a sus lugares de origen en el interior del país.
Este miércoles se desarrolla el primer día de luto de los tres decretados por el primer ministro Sushil Koirala, tras la tragedia provocada por el sismo, el peor en los últimos 80 años en la nación del Himalaya.