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Decenas de personas murieron en aguas del Mediterráneo en una nueva tragedia humanitaria con migrantes, informó el martes la organización Save the Children, y los sobrevivientes dijeron que muchos de sus compañeros de viaje habían caído de una embarcación de goma y probablemente se habían ahogado cuando se acercaba un buque a rescatarlos.
No se conocía la cifra exacta de víctimas, pero varios sobrevivientes dijeron en sus primeras entrevistas con grupos humanitarios que “decenas” personas habían caído al mar y no sabían nadar, indicó Giovanna di Benedetto, de Save the Children.
Se cree que el incidente ocurrió el domingo en aguas entre Libia y Sicilia, cuando un barco comercial, el Zeran, se acercó para rescatar a los migrantes, indicó. El Zeran llegó el martes a Catania, donde desembarcaron los sobrevivientes.
Los rescates de barcos de migrantes aumentaron de forma drástica durante el fin de semana, ya que los traficantes en Libia aprovecharon la mar serena y las temperaturas cálidas para enviar a miles de aspirantes a refugiados a través del Mediterráneo en embarcaciones de goma y barcos pesqueros sobrecargados. La Guardia Costera italiana dijo haber rescatado a casi 7.000 personas en los tres días hasta el domingo.
De confirmarse, las muertes anunciadas el martes se sumarían a los aproximadamente 800 migrantes ahogados el mes pasado cuando su barco volcó en aguas de Libia con cientos de pasajeros encerrados en la bodega por los contrabandistas. Se cree que unos días antes se habían ahogado unas 400 personas en otro naufragio.
Tras esos casos, la Unión Europea celebró una cumbre de emergencia y acordó contribuir con más embarcaciones y patrullas aéreas a las tareas de rescate del Mediterráneo.
Incluso con el aumento de la respuesta comunitaria, los buques comerciales son reclamados cada vez más por la Guardia Costera italiana para que ayuden a migrantes en apuros, como exige el derecho marítimo.
El fiscal de Catania, Giovanni Salvi, se quejó el mes pasado de que en ocasiones la tripulación de estas embarcaciones no sabe cómo realizar rescates y que pueden perderse vidas cuando los migrantes cambian de lugar dentro de los precarios barcos para intentar ponerse a salvo.
Más tarde, Salvi se retractó y elogió el trabajo y el compromiso del buque comercial Rey Jacobo, que acudió a socorrer a los pasajeros de un barco donde 800 pasajeros quedaron atrapados en el casco y naufragó tras el rescate.
Además de los navíos comerciales, las ONG colaboran también: “The Phoenix”, un yate de 130 pies, llegó a Pozzallo, en Sicilia, el martes con 369 migrantes, en su mayoría eritreos, que fueron rescatados por la tripulación de la Estación Marítima de Ayuda al Migrante (MOAS).
MOAS fue fundada en 2013 por una familia ítaloestadounidense asentada en Malta y que ahora trabaja con autoridades de búsqueda y rescate para localizar y proporcionar primeros auxilios a los migrantes. La tripulación de 20 miembros incluye un equipo de Médicos Sin Fronteras.
Los nuevos arribos están agotando la capacidad de los centros de recepción italianos. A los más recientes los han enviado al interior para estudiar sus pedidos de asilo o, en muchos casos, permitir extraoficialmente que continúen viaje hacia el norte.
“Estamos al tope de nuestra capacidad para alojarlos”, dijo el reverendo Vincenzo Federico, director del grupo católico Cáritas en Salerno, donde arribaron 652 migrantes de Ghana, Nigeria y Gambia el martes a bordo de la nave de la marina italiana Bettica.
Voluntarios y personal médico en el puerto trataron a los migrantes, muchos de los cuales sufrían de sarna. MOAS informó que algunos migrantes llegaron con heridas y contusiones, señal del maltrato al que los someten los traficantes.
tragedia humanitaria

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