El gobierno de Polonia analiza una posible indemnización económica a las seis víctimas dominicanas de abuso sexual por parte del sacerdote polaco Wojciech Gil, informó el martes el procurador de ese país, Andrzej Seremet.
El funcionario no precisó los detalles de las eventuales indemnizaciones.
Seremet comenzó el martes una visita a República Dominicana para suscribir un acuerdo de cooperación judicial con su similar dominicano Francisco Domínguez Brito y tenía previsto reunirse con los familiares de los seis jóvenes que fueron víctimas de abusos sexuales por parte de Gil cuando eran menores de edad.
Las violaciones de que fueron objeto los jóvenes monaguillos ocurrieron cuando Gil era párroco de la localidad de Juncalito, 200 kilómetros al norte de Santo Domingo, entre 2008 y 2013.
Gil, de 37, fue arrestado en Polonia a principios de 2014, tras varios meses de permanecer prófugo, y el 25 de marzo pasado fue condenado por un tribunal de ese país a siete años de cárcel por las violaciones contra los seis adolescentes dominicanos y contra dos polacos.
El sacerdote siempre insistió en su inocencia, pero llegó a un acuerdo con las autoridades de su país para que le otorgaran una sentencia reducida.
Seremet explicó en conferencia de prensa conjunta con Domínguez Brito que de no haber llegado a un acuerdo con Gil, el juicio se hubiese alargado.
El funcionario polaco también manifestó su confianza en Józef Wesolowski, otro sacerdote polaco acusado por pederastia en República Dominicana, sea condenado por esos delitos.
Aunque reconoció que es difícil que el Vaticano extradite a Polonia a Wesolowski, recordó a través de un intérprete que “la investigación está abierta, para estos crímenes tenemos hasta 20 años para someter”.
Wesolowski fungió como nuncio apostólico en Santo Domingo de 2008 hasta agosto del 2013, cuando fue retirado por la Santa Sede ante las denuncias de pederastia contra menores de edad que trabajan como limpiabotas en las calles.
Las autoridades eclesiales expulsaron del sacerdocio a Wesolowski, le retiraron la inmunidad diplomática y lo mantienen en arresto domiciliario en el Vaticano en espera de juicio.
“Lo que entiendo es que debe haber una sanción, no puede quedarse así”, consideró Domínguez Brito, procurador dominicano.