Las pandillas asesinaron el lunes a dos menores de edad y a su padre cuando salían de su vivienda en un populoso municipio en la periferia de San Salvador, mientras delincuentes mataron a dos hermanos en el oriente del país.
Las Fiscalía General de la República y la Policía Nacional Civil de San Salvador informaron que el crimen fue perpetrado por pandilleros del Barrio 18 que atacaron con armas de fuego a las víctimas cuando salían de su vivienda para tomar un autobús del transporte colectivo en la Comunidad María Auxiliadora, en el municipio de Cuscatancingo, en la periferia norte de la capital.
Las víctimas fueron identificadas como Héctor Martínez, de 40 años, y sus hijos Héctor, de 15, y Daniel Antonio, de 13. Los menores eran miembros de la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13), enemiga de Barrio 18.
Las autoridades de San Salvador señalaron que los pandilleros interceptaron y atacaron a sus víctimas frente a una vivienda donde recientemente se decomisaron varias armas de fuego, supuestamente de las pandillas.
La Fiscalía también reportó el asesinato de dos hermanos que se dedicaban a la compra y venta de ganado en el municipio de Santa Rosa de Lima, en el departamento de La Unión, a 177 kilómetros al este de la capital.
Según la información de las autoridades, los hermanos identificados como Carlos Alberto y Oscar Antonio Umanzor se transportaban en bicicletas y se dirigían a comprar ganado cuando varios pistoleros no identificados los interceptaron, los atacaron con sus armas de fuego y les robaron el dinero.
En otro hecho de violencia, las autoridades reportaron el asesinato de Juan López García, de 60 años, quien fue acribillados por pandilleros en la Comunidad 13 de Febrero, en el populoso municipio de Ilopango, en la periferia este de la capital. Según las investigaciones el hombre fue asesinado por los pandilleros porque orinó en una pared con pintadas alusivas a la Mara Salvatrucha.
Las pintadas indican que esa es una zona controlada por alguna de las pandillas.
Según las autoridades, las maras o pandillas integradas por unos 70.000 jóvenes y adultos, están involucradas en la mayoría de los crímenes que se cometen en el país.